El denominado "Centro Tecnológico de Porcino" que se ubica en suelo próximo a la localidad de Morgade de la Lagoa de Antela, fue en su día uno de los proyectos que más dudas medioambientales planteó y al que organizaciones como la Sociedade Galega de Historia Natural plantearon más pegas.
El proyecto de explotación porcina tramitado inicialmente para 7.200 animales, planteaba muchas dudas en materia de directivas relativas a la conservación de las aves silvestres, las de política de aguas dentro del marco comunitario, la relativa a las aguas continentales y en relación con la Ley del patrimonio natural y la biodiversidad.
No por ello encontró objeciones en la entonces Consellería de Medio Ambiente e Desenvolvemento Sostible de la Xunta de Galicia, sino al contrario.

Un escrito de 4 de diciembre de 2008 de la Sociedade Galega de Historia Natural dirigido a la Dirección Xeral de Calidade e Avaliación Ambiental, advertía de que la granja produciría 15.480 metros cúbicos de purines de los que sólo podría almacenar 4.510, un poco menos de la tercera parte, exactamente el 29,1%.
Para la SGHN esto planteaba, de entrada, riesgo de contaminación de las aguas superficiales y subterráneas en el caso de que la granja se anegara. Y advertía la Sociedade Galega de Historia Natural a este respecto: "circunstancia que non sería excepcional pois o emprazamento é unha zona asolagable".
Lo que, además, reconocía el propio proyecto de la granja.

También se advertía a la Dirección Xeral de Calidade e Avaliación Ambiental, que, al contrario de lo que se hacía constar cuando el proyecto se sometió a aprobación, la granja "sitúase en plena zona do acuífero da chaira de Antela". Pese a que el proyecto decía que "la distancia entre las instalaciones y las zonas indicadas como unidades hidrogeológicas referidas a capas freáticas es bastante amplio, luego el impacto que la explotación puede producir sobre ellas es reducido".
La explotación tenía previsto consumir 21.000 metros cúbicos de agua al año, que planteaba extraer del acuífero con un pozo para en el que, en diciembre de 2008, no constaba que el promotor tuviera autorización del organismo de cuenca y la Confederación conocimiento de sus intenciones.

Otro aspecto que se cuestionaba era la ubicación de la explotación en relación con la declaración de la Zona ZEPA. A tenor de los argumentos que exponía la SGHN, los promotores del proyecto mentían cuando afirmaban que "la zona de ubicación de la explotación se encuentra a más de 25 kilómetros de la ZEPA más cercana", ya que, según la Sociedade Galega de Historia Natural, "a explotación que se pretende construir situaríase totalmente dentro da zona NE da ZEPA de A Limia" que proponía la Consellería de Medio Ambiente e Desenvolvemento Sostible que entonces dirigía Manuel Vázquez Fernández.
A día de hoy, conocidas las intenciones del actual Gobierno de la Xunta, tal extremo no supondría inconveniente alguno por tratarse de una ampliación y no de una explotación de nueva apertura.