Sin concretar datos por provincias en las que se han producido las detenciones, los detenidos son de Cádiz, Sevilla, Huelva, Badajoz, Álava, Ciudad Real, Albacete y Ourense.
Además de las 72 detenciones, se incautó mercancía falsificada valorada en más de 2,4 millones de euros, 18 vehículos involucrados en el negocio y 20.000 euros en metálico.
La operación policial comenzó siguiendo la pista de los vendedores de esta mercancía, principalmente personas procedentes del Magreb y África Subsahariana en precario.

La Guardia Civil concluyó que Ourense era el punto en España desde donde la mercancía se distribuía a las provincias del resto del Estado, y a donde llegaba proveniente de Portugal. En Ourense se almacenaba primero, y desde aquí se enviaba al resto de las provincias mencionadas. La Guardia Civil establece que Ourense era el "centro de operaciones" de la red, aunque oficialmente no se han hecho transcender datos más concretos de la ubicación de los almacenes ni de las personas que los gestionaban.

Si se explica que la organización utilizaba "un complejo sistema de ingeniería financiera", para colocar en el mercado legal el dinero ilegal que conseguía con las ventas. Un sistema que incluía a "testaferros y sociedades interpuestas", concluye la investigación.
Aunque se trata de un comercio que se ciñe a la ropa y complementos, se considera que esta actividad ilícita ha sido la responsable del cierre de un 85% del comercio legal de esta mercancía, consecuencia de las pérdidas económicas que ha generado la venta ilegal de marcas fraudulentas en este sector del comercio.