A cuatro meses de intensas lluvias y dos importantes crecidas, sigue el vaciado del Embalse de Santo Estevo que mantiene en parte anegado el Ourense Termal. El teniente de alcalde del Concello de Ourense, Andrés García Mata, y la concelleira de Termalismo, Ana Garza, no albergan demasiadas expectativas para los cuatro principales aprovechamientos termales de la ciudad, pese a la llegada del buen tiempo y la meteorología más que primaveral.
Así lo reconoció el propio García Mata este martes, en el transcurso de una visita cursada a los trabajos de recuperación que se llevan a cabo en A Chavasqueira.
García Mata se dijo “preocupado polo valeirado do Sil”. Y más por las previsiones que hace Iberdrola y que al teniente de alcalde le fueron confirmadas por la Comisaría de Aguas, que establece que hasta después del verano no se normalizara el caudal en el Miño.
Previsiones que resultan de las que realizadas por Iberdrola para llevar a cabo las obras del proyecto “Santo Estevo II”, que no prevén restablecer esa normalidad hasta el mes de octubre ni parar de valeirar hasta, al menos, el próximo día 20 de mayo.
García Mata señaló que “xa fixemos as oportunas xestións ante o comisario de augas, e temos o compromiso de que o valeirado se faga continuado e regulado”. Pero nada más.
La Concellería de Termalismo aseguró que se seguirá trabajando en el restablecimiento de unos datos que se cifran en no menos de 300.000 euros, pero dichos trabajos ahora mismo o se ven interrumpidos por las fluctuaciones de caudal, en el mejor de los casos, o vuelven a verse alcanzados por las aguas del Miño.
Lo mismo ocurre con proyectos previstos para espacios como O Tinteito, donde está proyectado elevar el recinto sobre el actual nivel, y el hormigonado del camino en el tramo que resta entre O Muiño da Veiga y O Tinteiro.
Tenencia de alcaldía y Termalismo del Concello no auguran un buen verano de 2010 para el Ourense Termal sino al contrario, después de constatar ya como se caían las previsiones de recuperar la normalidad para Semana Santa, tras cuatro meses de invierno de prolongados anegamientos.
Con cierta resignación, García Mata asumió públicamente que a los responsables municipales del termalismo de la ciudad no les queda más que “manternos vixiantes”.
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