Si acaso el principal aspecto novedoso que presenta este 7º informe del Observatorio Económico Ourensán que promueve la Deputación Provincial, es un completo trabajo elaborado en relación a las pensiones contributivas en la provincia con estadísticas pro comarcas y concellos. Algo que, según Manuel Baltar, presidente de la Deputación ourensana, "entronca coa dimensión demográfica que vai adquirindo o Observatorio Económico Ourensán nas recentes entregas". Ya que, reiteró Baltar Blanco, "o evellecemento poboacional é o gran reto a superar nos vindeiros anos".

La nómina global de los pensionistas que residen en la provincia se cifró en 2014 (son los datos más recientes con los que se ha podido contar) en los 969,5 millones de euros. El estudio confirma que los pensionistas ourensanos están por debajo en ingresos no sólo de la media nacional sino también de la gallega: ingresan un 12,7% del total que recibe Galicia cuando tendrían que recibir el 14,8%. Casi un 30% de la población de Ourense tiene una pensión contributiva, lo son 11 puntos más que la media nacional y 5,5 más que la media gallega. Sólo en la comarca ourensana la proporción baja al 25% (uno de cada 4 habitantes).

En las zonas de Caldelas, Trives y A Baixa Limia el censo de pensionistas cayó un 5% en los últimos 3 años. El rango de las pensiones en el conjunto de la provincia se mueve en torno a los 358 euros mensuales, que es lo que va desde la más alta, la de un pensionista de Carballeda de Valdeorras con 939 euros, a la más baja, la de uno de Quintela de Leirado con 581 euros. Lo que equivale a decir que un pensionista de Carballeda de Valdeorras cobra al mes un 61,7% más que el de Quintela de Leirado. Las pensiones más elevadas están en la capital y concellos limítrofes y en la práctica totalidad de Valdeorras (sin incluir la comarca de O Bolo) y Trives (a excepción de Queixa). Los que menos cobran son los pensionistas de A Limia (Alta e Baixa), Celanova, O Carballiño y Verín.

Los datos del Observatorio Económico certifican que las zonas rurales no sólo tienen que soportar "graves restriccións demográficas, sociais e económicas", sino también que su principal fuente de ingresos son las pensiones. Las pensiones son "o pulmón da renda familiar no medio rural", aunque cada vez la mayoría de los concellos contabilizan menos perceptores. Sólo cuando se trata de concellos próximos a la capital, cabecera de comarca o que hubiera tirado del sector inmobiliario antes de la crisis, se evita esta tendencia.