El Proyecto Atlanterra que ahora invoca la Xunta de Galicia y que comenzó en 2010, se llevó a cabo en Irlanda, País de Gales, Portugal, la Francia occidental y la Comunidad gallega. Rematado el pasado mes de diciembre, la Xunta de Galicia lo invoca ahora como un recurso muy válido a la hora de captar turismo para esta Comunidad. Según Nava Castro, directora de Turismo de Galicia, con este proyecto de "turismo industrial" se pretende "que tanto turistas como visitantes puedan adentrarse en nuestro sistema productivo y con eso explorar el pasado y el presente de la vida de los gallegos y gallegas".
Sin embargo, el propio Proyecto Atlanterra tiene desde años detractores que sostienen que lo que verdaderamente ha perseguido fue "legitimar a nivel de la UE las aberraciones ambientales cometidas por las industrias extractivas".

Aunque entre sus actividades se reconoció que se incluían propuestas de "notable interés", colectivos como Iagua para el desarrollo sostenible del uso y explotación de este elemento, advertían en su momento de que "Atlanterra está sirviendo de cajón de sastre para legitimar todo tipo de proyectos que han provocado efectos devastadores sobre el medio ambiente en las zonas implicadas". Y en el caso de Ourense y, concretamente, de la comarca de Valdeorras en unos 30 kilómetros cuadrados de la Serra do Eixo, sostiene que "la zona no admite ningún tipo de restauración posible". Concluyendo que "el lema de la red Green Mines de gestión medioambiental sostenible de los espacios degradados por la actividad minera, no deja de ser una falacia y un mero lema propagandístico a favor de la industria".

En el caso de la comarca de Valdeorras, el peso de la industria pizarrera difícilmente permitirá el uso compatible con el turismo en la Cidade dos Alemáns, por ejemplo, teniendo en cuenta ya que esa misma industria ha sido la que ha sembrado esta zona de descomunales escombreras alguna de las cuales alcanza e, incluso, supera, los 400 metros de altura. O que esa misma industria ha sido la que ha secado y/o contaminado con los vertidos de metales pesados los ríos y regatos San Xil, Casaio y Valborraz que vierten al Sil.
El avance de dicho Proyecto no estuvo exento de aspectos curiosos en su propio texto, como al establecer que las posibilidades de Cofinanciación son "poco, pero algo".