Las hemerotecas deberían ser de obligado cumplimiento. Si al sistema no le interesara la pérdida (galopante) de memoria del colectivo ciudadano, estoy seguro que ellas o algo tal que ellas lo serían. Es sorprendente la capacidad que tenemos para obviar el pasado, incluso el más inmediato, para evitar la memoria, para perder referencias tan próximas como casi el mismísimo ayer.

Hace sólo un año, un día como hoy de 2010, el Concello de Ourense anunciaba "Estación Intermodal cubierta a la que llegará el AVE por 500 metros de vías soterradas". Y el alcalde, Francisco Rodríguez, apostillaba: "Estación Intermodal: concebímola para ser vista e admirada, non para ser escondida". El proyecto se recreaba y ampliaba aún más: "800 nuevas viviendas en la zona de la nueva Estación, 320 protegidas, y 3.300 plazas de aparcamiento". Era el principio, la punta del iceberg.

Al día siguiente: "El PP cuestiona el modelo: ni hay soterramiento, sólo se cubren las vías, ni se resuelve la integración". Y la UGT decía: "Para la UGT hay primacía y exceso de lo constructivo sobre el propio tren en el modelo que presentó el Concello". Y Celso Delgado y el PP dirían semanas y semanas después que en tal o cual ciudad, a diferencia de Ourense, el AVE discurrirá soterrado. Y luego la Xunta entraría en un juego de silencios y ausencias, políticamente aderezados con presencias y pronunciamientos incómodos, tan retorcidos como incómodos y malos de entender.

En todo caso (trato de ser breve) es el juego de la política.
Lo sustancial del asunto es que ha transcurrido un año intenso como ninguno hace mucho tiempo en esta ciudad pasmada, a la vertiginosa velocidad de lo que está por llegar, el AVE, en una urbe en la que, lamentablemente, debatimos, discutimos, rebatimos y rechazamos con la facilidad inversamente proporcional a la que hacemos: demasiadas palabras y muy pocos hechos.

Es posible que el 20-N las cosas cambien en Madrid. Pero todo hace indicar que, dijera lo que dijera este lunes, 15 de noviembre de 2011, el conselleiro Hernández en Ourense, todo seguirá su curso. Los grandes proyectos no se mueven en unos días por mucho que se quiera. Y menos cuando no hay dinero ni tiempo.
Desde hoy hace un año ya han pasado muchas cosas.

A algunos, políticos en su gran mayoría, les cabrá el honor (y la memoria) de haber estado en los escenarios que habrán modificado el curso de las cosas y de las ciudades.
Los que hayan estado a favor de ese cambio imparable habrán estado en los lugares adecuados en las posiciones idóneas.
Es posible que el modelo de Ourense sea mejorable, que la integración no sea la más adecuada, seguro que sí, pero cuando llegue a ser habrá sido.
Y los que la hayan consumado lo habrán logrado.
Así de simple y de rotundo se escribe la Historia.

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