Pese a no haber sido ni público ni notorio, lo contrario de lo que ocurre con el Concello de la capital, el interés de la Deputación de Ourense por la cosa termal se remonta ya a 1995 cuando, siendo presidente de la Deputación José Luis Baltar y José Manuel Freire Couto del Instituto Ourensano de Desenvolvemento Económico, el Inorde registró hasta 11 marcas en la Oficina Española de Patentes y Marcas. Lo que entonces representó un gasto en torno a los 22.000 euros.
Era julio de 2005 cuando el Inorde registró al menos 11 denominaciones, en su gran mayoría jugando con las palabras "Ourense" y "termal".

Por entonces nada había transcendido de planes como el Ourense, destinto termal del que ahora Manuel Baltar, ni tampoco constaba plan alguno de la Deputación ourensana en materia de desarrollo termal en esta provincia.
El Instituto que ya por entonces presidía Freire Couto, hizo registros en la Clasificación de Niza que los rige, que van desde las actividades formativas, deportivas y culturales, hasta servicios de restauración y hospedaje temporal, los jabones, lociones y perfumería en general, material de "instrucción" y de enseñanza e, incluso, vestido, calzado y sombrerería.

Cada una de las denominaciones registradas que ya en noviembre de 2006 detectó Ourense Dixital, comprende, escrupulosamente, 7 epígrafes o clases: el 03, que abarca desde preparaciones para blanquear y otras sustancias para la colada, hasta jabones, perfumería y dentífricos; el 16, que comprende desde papel y fotografías, hasta material para artistas, de instrucción y para la enseñanza; el 25, que afecta exclusivamente a vestidos, calzados (excepto los ortopédicos) y sombrerería; el 32, concerniente a aguas minerales, gaseosas y otras bebidas no alcohólicas; el 35, de servicios de publicidad, gestión de negocios comerciales y trabajos de oficina; el 41, alusivo a servicios de educación, formación, esparcimiento y actividades deportivas y culturales; y, por último, el 43, que blinda los servicios de restauración y hospedería temporal.

Con precios en torno a los 2.000 euros por marca, ya que cada una de ellas incluye 7 epígrafes, como queda dicho, el Inorde pudo haber hecho por entonces un desembolso de unos 22.000 euros.
Los registros tienen una vigencia de 10 años, por lo que será preciso renovarlos en 2015, sin que, en recta final de su vigencia, conste que la Deputación haya hecho uso alguno de cualquiera de los 11.