Los trabajadores del Concello de Rairiz de Veiga viven en una situación de “continuo miedo” al regidor municipal, el ex BNG Xosé Xaquín Rodríguez Ambrosio, y el Concello instalado en una confusa situación en la que, por no aparecer claro, no se sabe por qué Rodríguez Ambrosio no se ha pasado al Grupo de los No Adscritos tras desmarcarse del BNG, y si la mayoría de cinco ediles que todavía tiene la formación nacionalista en Rariz son gobierno u oposición.
El BNG se ha convertido en copartícipe de las decisiones arbitrarias del regidor municipal, que los ediles nacionalistas han apoyado siempre sin importarles que en reiteradas ocasiones la secretaria municipal advirtiera de la improcedencia de dichas decisiones.
Rodríguez Ambrosio no gobierna Rairiz de Veiga por decreto sino con acuerdos que respalda la mayoría de los 5 ediles del BNG y el propio regidor municipal. Pese a que van transcurridos 10 meses desde que el 6 de agosto de 2009 anunciará que abandonaba el BNG, los portavoces del PP, Paco Limia, y del PSOE, Euloxio Fernández, coinciden en que les ha sido imposible saber cuál, exactamente, es la situación política del alcalde y de su, teóricamente, ex grupo, el BNG.
Al desmarcarse del BNG, Rodríguez Ambrosio estaba llamado a constituir el Grupo de los No Adscritos e incorporarse a él, pero no lo ha hecho. Tampoco el BNG se lo ha exigido, ni el Grupo nacionalista en el que siguen estando 5 concelleiros (mayoría de Gobierno sobre un total de 9 escaños que conforman la Corporación de Rairiz) se ha desmarcado del alcalde. Al contrario, el BNG sigue participando en los órganos de gobierno, y cuando las decisiones hay que tomarlas en pleno respaldan a Rodríguez Ambrosio como si continuara siendo su alcalde.
En tal situación, el BNG es copartícipe y socio sin voz pero con voto de las decisiones arbitrarias de Rodríguez Ambrosio. Por una parte, el Grupo nacionalista no se ha desmarcado del proceder del alcalde con algunos trabajadores que ha generado reiteradas sentencias contrarias al Concello en los tribunales judiciales de lo Social, y, por otra, también ha respaldado las decisiones del alcalde que ya han producido más de un centenar de informes de la secretaria municipal contrarios a su proceder, y que obran en poder de la Fiscalía de Ourense que podría resolver en breve.
En Rairiz, “o que ten cu ten pánico”
Xaquín Rodríguez Ambrosio es, con mucha diferencia, el alcalde más polémico y condenado por los juzgados de lo Social de Ourense, y el BNG el socio necesario a la hora de dilapidar miles de euros en tiempos de crisis en causas tan poco sólidas como perjudiciales acaban siendo para los trabajadores y para las arcas del Concello que dirige.
Hoy en día, la Consistorial de Rairiz de Veiga es el lugar de trabajo de al menos ocho funcionarios continuamente atemorizados, admiten, por el proceder de su alcalde. De ellos, sólo “los castigados”, aquellos que han tenido que pasar por los juzgados para hacer valer sus derechos, se atreven a hablar abiertamente. El resto confiesa sus temores y rehusa entrar en detalles.
“Aquí estamos marcados, marcados polo alcalde e tamén polos compañeiros que temen que só con levarse ben con nós tamén os castigará a eles”, dice uno de estos trabajadores, mientras admiten que “non nos axudan co que fan, pero tamén o entendemos, aquí o que ten cú ten pánico”.
En Rariz de Veiga cada jornada es una incógnita que plantea el regidor municipal incluso mucho antes de empezar la jornada de trabajo. Nadie se siente seguro porque dicen que “se nos insinúan cousas que se parecen moito a ameazas”, y hay trabajadores que acuden a la Consistorial cada mañana en compañía de familiares y amigos, “por si acaso”.
“En Ourense ninguén é consciente nin parece interesarlle o que pasa en Rairiz de Veiga, pero aquí temos medo, incluso pánico, e doi moito ter que deixar unha praza que sacaches con moito traballo e ver como este señor se sae coa súa”, asegura una de las trabajadoras que acaba de volver a hacer valer sus derechos en los juzgados de lo social.
Ahora, el regidor municipal la ha recluido en un despacho. Sobre su mesa de trabajo no hay absolutamente nada, ni tiene absolutamente nada que hacer. Un día se encontró su despacho cerrado, y al siguiente sin silla y hubo de buscar un taburete.
Y asegura que no es de lo peor que le tiene pasado.
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El pasado 31 de mayo, Xosé Manuel Pérez Bouza denunciaba que la alcaldesa de Porqueira había despedido a un trabajador para cubrir su plaza con otra que le salía gratis al Concello porque se la pagaba la Deputación Provincial. Era la hija de un ex concelleiro de Porqueira. Pérez Bouza se llenaba la boca denunciando, según él, el nuevo método que Baltar Pumar aplica a sus excedentes de contratados en la Deputación que, según el nacionalista, ya no le caben en dependencias de la institución provincial.
Pérez Bouza es el coordinador del BNG en la comarca de A Limia. A donde igual que pertenece Porqueira pertenece Rairiz de Veiga. Y lleva meses y años obviando el proceder de un alcalde o ex alcalde de su partido (eso lo sabrán ellos), y, sobre todo, el absurdo ridículo que en Rairiz de Veiga hace su partido, el BNG.
Y eso lo sabemos todos. Así que poco podrá repocharle a Baltar y a la alcaldesa de Porqueira mientras en Rairiz pase lo que está pasando. |
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