El fuego de Doniz, en el Concello de Carballeda de Valdeorras, estrenó este verano el reciente peche total de la base aérea de O Barco de Valdeorras, que la Xunta de Galicia dispuso poco después de presentar el Pladiga del año en curso. Según los datos de la Xunta, en este siniestro que quedó neutralizado este pasado miércoles ardieron 64 hectáreas de monte e intervinieron más de 15 medios aéreos. La CIG se pregunta cuánto podrían haberse acortado las labores de extinción si dichos medios hubieran podido disponer de la base aérea de O Barco, como ocurrió hasta ahora. El sindicato ha vuelto a exigir este jueves que se reponga la base y, de inmediato, el helicóptero de Vilanova hasta ahora operativo.

El sindicato denuncia las numerosas paradojas que se producen entre lo que la Xunta anuncia y como procede. Así, en primer lugar, en Valdeorras se retira un medio aéreo "fundamental" en una zona abrupta y en la que en muchas ocasiones resulta dificultoso actuar por tierra, y pese a un histórico de los fuegos aquí contabilizados "de altísima intensidade". Otra paradoja la constituye el hecho de la reducción operada en el contingente de los bomberos forestales, dada el algo número de plazas sin cubrir y la no cobertura de las bajas de larga duración. Y en tercer lugar, está el hecho del envío de una circular a los Distritos Forestales ordenando que se midan las parcelas. Destaca la CIG tal encomienda se hace en una época en la que lo primero son las labores de extinción y vigilancia de los fuegos, si bien la propia circular admite que las mediciones son labores preventivas.

"A consellería de Medio Rural segue a actuar de xeito contraditorio no que a xestión dos medio de extinción se refire", señala la CIG, que insiste en la necesaria reposición de la base aérea de O Barco y el retorno del helicóptero a la base de Vilanova.