Simples y felices

 
 
 
 
 
Del 06 al 12 de Junio de 2016
 

Metidos ya en campaña electoral, la convocatoria ha llegado con la encuesta del mes de mayo del Centro de Investigaciones Sociológicas, el CIS, de lo que más nos sigue preocupando a los españoles. Los resultados de la encuesta apenas han sido flor de un día en los medios de comunicación. El hecho de que a los españoles haya acabado preocupándonos muy poco que desde diciembre, incluso antes, hayamos estado con un gobierno en funciones con apenas actividad no hacía aconsejable para ellos, los políticos y los partidos, recrearse en el dato.

Al 75,3% de los españoles lo que más le sigue preocupando es el desempleo, el paro, y en un 46,7% la corrupción. Para un 21,3% los políticos y los partidos siguen siendo un problema. Y un 23,6% consideran aún mayor problema aquellos de índole económica. Pero sólo para un 5,2% de los españoles encuestados por el CIS, el hecho de no tener gobierno está entre los tres principales problemas del país. Lo que equivale a decir que 95 de cada 100 españoles no consideran un problema que este país esté sin Gobierno.

En realidad tampoco cabe pensar que haya ocurrido algo que no hubiera ocurrido de haber habido gobierno. O que no haya llegado lo que hubiera llegado de tenerlo. El hecho de que se haya manifestado en España que este país es incapaz de producir (PIB) lo que consume sólo la administración pública eran previsible como, cuando menos, sospechado, un viejo problema y algo que difícilmente hubiera reparado en sólo meses un nuevo Gobierno por muy consolidado y eficaz que hubiera sido. Y si además Europa espera a multarnos a cuando tengamos Gobierno, qué prisa tenemos, digo yo... Los cambios importantes se logran a largo plazo, y los cambios de gran calado casi ni se recuerdan. Y hace tiempo que algunos sostenemos que las cosas marchan incluso a pesar de los políticos. Hasta con la Iglesia: a la ausencia de Temiño en esta diócesis, Ourense estuvo esperando nuevo Obispo casi dos años y no por eso se supo nunca que se incrementaran los ateos ni el dios de los cristianos castigó a nuestro pueblo con alguna peste. Incluso podríamos probar con el Concello unos meses, hasta aburrirnos de dejar de escuchar echarse la culpa unos a los otros y ver como el Concello lograba seguir en pie, porque quien parió esto un día lo hizo tan bien que es suficiente con que el contribuyente contribuya es decir, apoquine los dineros impuestos que todo lo demás ya va sólo.

La encuesta del CIS revela también que somos un pueblo de un notable alto de felicidad: los españoles nos declaramos un 7,5 felices en una escala del 1 al 10. Teniendo en cuenta que el 82,3% considera que la situación política del país es "mala" o "muy mala", está claro que a estas alturas en España los españoles no esperamos de los políticos gran cosa, más bien nada. Esto parece más una cuestión de fe similar a la del maná enviado del cielo. También algún político podría osar a recordarnos que no se os puede dejar solos o, simplemente, indicarnos que nuestra felicidad es la de los tontos rematados. Pero eso y acabárseles la bicoca sería lo mismo.

Por lo de pronto, lo que se ha acabado en esta ciudad han sido las quejas. Las de la Oficina de Atención ao Cidadán. El PSOE en el Concello de Ourense ha denunciado esta semana recortes tan importantes en dicho servicio que las quejas se han esfumado. El 9 de noviembre de 2008, hace 8 años, la entonces concelleira de Participación Cidadá, María Devesa, irrumpía en los medios de comunicación para anunciar que en sólo 7 meses de vida de aquella Oficina, se habían atendido más de 4.000 peticiones. Tres años después, a vuelta del agosto vacacional esta misma concelleira anunciaba que la Oficina abriría al público también por la tarde, y que desde abril de 2008 en que se había abierto este servicio, ya se habían atendido más de 37.000 solicitudes de vecinos de la ciudad.

Milagrito!... Un año después de la llegada del nuevo Gobierno no se ha vuelto a saber de la Oficina de Atención ao Cidadán más que de su traslado al Consistorio. Y que con eso el Concello se ahorra una pasta en alquileres. Ahora que, además, caemos en la cuenta de que llevamos un año sin aquellos sesudos informes en los que se nos daba cuenta de cuánto reclamábamos los ourensanos, en qué, por qué y contra qué, he aquí otra manifestación de que no hay como matar al perro para acabar con sus pulgas. Teniendo en cuenta que ha pasado un año y que ni siquiera se ha notado, he aquí un hecho que contribuye a explicar ese 7,5 de felicidad media de los españoles en la encuesta del CIS. Y, por ende, que somos muy fáciles de engañar.

 
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