Más allá del Padornelo
 
 
 
 
 
Del 26 de Octubre al 1 de Noviembre de 2015
 

Dos asuntos han marcado poderosamente la semana concluida al punto de que todo lo demás pasó a un segundo plano. La proyección de uno de ellos, especialmente en lo político, se antoja mucho mayor que la de todo lo demás, el del presunto sexo a cambio de trabajo en la Deputación ourensana. Este mismo martes el caso se retomará en el Pazo Provincial dispuesto para el debate y vaya usted a saber que más.

Nada más volver de Curitiba con las alforjas cargadas de éxitos (eso se nos dijo desde allí), Manuel Baltar aún tuvo tiempo para anunciar el lunes que la Deputación que preside cumple lo previsto al doble de velocidad que transcurre el mandato. Si el presidente pensaba ir poco a poco desgranando ya aquí los éxitos de su periplo por Brasil, sus planes se fueron al garete a partir del martes, cuando transcendió la denuncia de la mujer que le acusa de promesas de trabajo mezcladas con alguna cita en una suite de un céntrico hotel de esta ciudad, grabaciones comprometedoras que ahora salen a la luz y algún que otro sms igual de peligroso para la estabilidad política de Baltar Blanco.

A eso habrá que ir, porque la ciudad ha enmudecido tanto en relación al hecho como la oposición en la Deputación no ha dudado en saltar sobre el asunto. La política no concede treguas, y el jueves el presidente de la Deputación ourensana, tan hecho él al histórico de sus logros sin precedentes, lograba el del primer pleno sin oposición de cabo a rabo. Pero es posible que a Baltar Blanco le preocupe bastante más el alcance político del asunto más allá del Padornelo, que el desgaste que pueda suponerle en el Pazo Provincial el caso. Cuando a su padre un chófer vendido al enemigo le birló los papeles del despacho al que accedía con total libertad tras ganarse su confianza (también se dijo entonces que había grabaciones), tampoco los papeles se quedaron en Ourense, ni viajaron a Santiago sino más lejos, más allá del Padornelo. La clave del asunto para Manuel Baltar también es si ahora la mujer en su denuncia está sola o acompañada, si la política tuvo desde el principio metidas las narices en el asunto y, de haber sido así, quién o quiénes y cuántos son. Los enemigos del PP, los mayores y reales, están dentro y hace ya mucho tiempo que son la cuña de la misma madera. Más allá del Padornelo, a fin de cuentas, hace ya tiempo que está la proyección política de Manuel Baltar (al menos mientras Núñez siga donde está). Más allá del Padornelo es donde este tipo de cosas calan de verdad cuando de verdad transcienden. Más allá está la Ítaca a donde Manuel Baltar quiere llegar. No digo que el caso, el asunto y los hechos expuestos en la denuncia del 13 de octubre no sean lo que son y tengan calado, pero aquí es a la Fiscalía a la que toca hablar ahora. También podrían haberlo hecho los colectivos que defienden y reivindican los derechos de las mujeres, pero no se les ha escuchado. La política, por contra, ni tiene misericordia ni espera. Y lo más jodido en estos casos son los enemigos en casa. De esto dependerá la proyección política que al final alcance el asunto.

Legionella con sordina. A poco que se le hicieron las preguntas adecuadas al concejal Pepe Araújo, supimos que Ecourense no informó con la puntualidad que el caso exigía hacerlo a quien debía hacerlo y que luego el concejal hizo otro tanto. Pese a tener el primer caso de legionella en la plantilla el 27 de agosto, en plena campaña expansiva de limpieza de los barrios de esta ciudad, la empresa sólo informó de ello cuando se produjo el segundo y más de un mes después, el 1 de octubre. Y aún así tampoco entonces Pepe Araújo informó del asunto en Xunta de Área hasta que el caso salió a la luz pública, unos veinte días después.

Vázquez y Araújo reiteran ahora que hay un expediente del Concello abierto que es preciso completar con los informes de Sanidad. Entre los hechos más graves de lo ocurrido seguro que aparecerá la tardanza de la empresa en comunicar. Como el expediente se abre a la concesionaria no tendría por qué aparecer que tampoco Araújo informó con la debida diligencia al resto de la Corporación. Habrá que ver llegado el momento si pudiera servir a Ecourense el mismo argumento que manejan y reiteran Araújo y hasta el propio alcalde, el de no alarmar a los ourensanos.

El casco obrero. Se aproxima una avalancha de obras en esta ciudad, anuncia el Concello. Araújo pidió al ourensano comprensión y disculpas ante lo que se avecina. No podemos el pueblo liso y llano ser desagradecidos: conscientes de la importancia que para ellos tiene la foto, es preciso indicarles que aprendan a ponerse el casco y que dejen de hacer el cabezudo que parecen la comparsa de los Gigantes del Corpus de antaño. Igual que aprendieron a hacerse el nudo de la corbata y manejan cojonudamente el selfie  y el retwuiter, no les vendría mal ir a la obra de verdad siquiera un día y a ver si así. Porque no es tanto que sea difícil como familiarizarse un poco con el trasto. Y alguno resulta ridículo.

 
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