La semana del primer periplo comodiosmanda, que diría Fraga, de Manuel Baltar por territorios del Brasil, nos deja en Ourense una propuesta colada por debajo de la mesa que, ciertamente, coló sin que casi nadie reparara en ella: bautizar a la Estación Intermodal de Ourense con el nombre y apellidos del fundador de las Coren, que no es otro que el de don Eulogio Gómez Franqueira aunque la idea no fuera exactamente suya, sino de un tal José Andrade Usatorre que hasta hace poco paraba por Carballeda de Avia. Tampoco se ha reparado en que cuando el Gobierno municipal propone Estación del AVE Eulogio Gómez Franqueira, está proyectando la propuesta que hace ya más de dos años y medio aprobó el Concello de Xinzo de Limia a instancias también del PP y vaya usted a saber por qué. Los de Vázquez esperan ahora respuesta de los portavoces de los restantes grupos, sabedores de que ahora no les es posible el ordeno y mando, y a ver qué dicen los Jácome, Barquero y Martiño.
En este lugar esto de los bautizos siempre ha traído problemas, y algún puente como el del Milenio acabó llamándose así ante la peligrosa corriente que proponía llamarlo David Ferrer Garrido. Y algún periodista cabrón le chafó a Victorino Núñez que aquella pirámide que era el Pazo dos Deportes acabara llevando su nombre: muy cabreado el entonces presidente de la Deputación de Ourense, decidió honrar la memoria del infortunado por aquellas fechas Paco Paz. Así que cuidado con las nominaciones.
Nada tengo en contra del fundador de las Coren. Ni del extravagante inventor ourensano de mediados del XIX, Juan de la Coba, autor del trampitán, ni del barallete que los afiladores ourensanos llevaron por todo el mundo...

Después de cargarse el partido las primarias del PSOE para ordenar los candidatos al Congreso y al Senado por Ourense del próximo 20-D, la secretaria de Organización de Ourense, María Quintas, afirmó esta semana que el cambiazo no tiene precedentes en la historia del Partido Socialista. Parece difícil porque un partido con tantísima historia, como recalca siempre que puede Pedro Sánchez, tiene que tener así como de todo. Y puede que el PSOE no, pero esta provincia y esta ciudad saben mucho de cambiazos, como el del Plan de Urbanismo de 2003 o aquella lista del PP que, siendo presidente del partido en Ourense David Ferrer, precisamente, se cambió en el trayecto que hay entre la actual sede del PP y el viejo edificio de los juzgados de Concepción Arenal. Aquí a cambiazos, María, no se nos gana fácilmente.

Mientras en el Concello de la capital el PSOE los tachó de "partidistas" y Ourense en Común de "electoralistas", y los diputados autonómicos del PP se limitaban a interpretar la partitura de don Valeriano de "correctores" con Ourense por encima de todo, María Quintas acertaba mucho más con su matiz: da más dividir 100 entre 10 que 200 entre 21, y en cambio 200 son más que 100. La clave a la hora del resultado per capita de la asignación es el divisor es decir, el total de habitantes. Luego en una provincia marcada por la continua sangría poblacional y la merma incesante de su población, no tiene por qué consolar que la Xunta invierta más per capita que en A Coruña y Pontevedra. Bastaría incluso con mantener el mismo dinero que, un año tras otro, dividiría por menos habitantes. De hecho, los 688 euros que se nos asignan en 2016 sólo serán 15 más que los 673 de 2015. Y eso que 2016 será año electoral en la Xunta. Y algo tan simple y obvio les sirve a los populares para construir discursos y agotar comparecencias.

La semana finaliza con un embolado pendiente de resolución en la que comienza este lunes, los dos casos de legionella en un problema a lo que se ve sostenido en el tiempo porque el primero data ya del mes de septiembre pasado. La clave parece estar en el agua usada para las tareas de limpieza. Ya se verá. Pero el caso es que estalla en una semana en la que el Concello de la capital recogía la certificación que avala la calidad del agua de la traída para el consumo humano, "excelente". No deja de ser paradójico. Menos mal que hace ya tiempo que a esa agua de limpieza y baldeo la llamamos agua bruta. Siempre podrán decir que por algo será.

En su primer aterrizaje institucional en el Concello de Ourense este viernes, la nueva conselleira de Medio Rural, Ángeles Vázquez, nos ha dejado un recado esperanzador: "habrá un antes y un después" de los incendios de este verano en esta ciudad. Nadie hasta ahora nos había dicho tanto en tan poco tiempo, ni siquiera Rosa Quintana, que algunos la suponen ourensana. Ciertamente vamos bien, porque ya no arde como a finales de agosto, primeros de septiembre. Ya lo dijo en el siglo pasado Carlos del Álamo (1998) cuando era conselleiro de Medio Ambiente del PP: el Plan Infoga "funciona cuando llueve".

Y también la semana nos ha dejado la reflexión del secretario comarcal de la CIG, el veterano Etelvino Blanco, sobre la situación laboral de la provincia: "escandalosa". También en lo que respecta a convenios de aquellos trabajadores que, por fortuna, pueden trabajar. Lo hacen en su gran mayoría bajo unos convenios (aquellos que los tienen) que no están en vigor la gran mayoría y que no tienen los salarios actualizados otro tanto. Pero "en estos momentos los trabajadores están más pendientes de mantener el trabajo que de hacer valer sus derechos", ha dicho Etelvino Blanco. Lo que es una verdad como Ourense de grande. Lo más jodido es que haya que soportar a unos cuantos impresentables que no dudan en restregarnos que los trabajadores han perdido la fe en los sindicatos y los sindicatos no pintan un carajo: en el país de los tuertos el ciego es el rey.