Repaso al Entroido
 
Por LUIS VELOSO
 
 
 
 
27 de FEBRERO de 2011: OURENSE DIXITAL

Otra vez estamos a vueltas con el Entroido y, cómo no, con el concejal Carlos Gómez, responsable de la fiesta, aunque parece que no directamente, puesto que para ello había una comisión de ciudadanos que fue la que se encargó (según afirman) de llevar la intendencia del día a día.

Durante los días que duró la fiesta, la gente que lee OuD, me paraba para dar su opinión sobre el Entroido y que yo me hiciera eco de la opinión de cada uno. Lógicamente esto no sería posible, independientemente de las opiniones a favor y en contra.
Pero después de estar en el Enterro da Sardiña en la Plaza Maior de Xinzo, la cosa se me puso muy fácil. Me explico.
Es la primera vez que alguien  que es responsable último de la organización de un evento (fiesta) se subroga, o a lo mejor podríamos decir que se arroga la facultad de hacer el testamento, que como todos saben, es para criticar los acontecimientos acontecidos.
Pues nada, el concejal de festejos se encargó a si mismo este privilegio y fue él el encargado de decir lo que la gente venía comentando durante los días de fiesta.

Comenzó criticando la excesiva duración del entroido 2012. Los inventos de los sábados parece que no convencieron a nadie. Una vez más se hace buena la frase de que “lo bueno si breve, dos veces bueno”. Ni los industriales de la hostelería, y por supuesto los vecinos, valoran positivamente tanta fiesta.

También criticó el concejal las famosas cartas para identificar la participación monetaria de los establecimientos hosteleros y los que no lo hicieron. Muchos no tenían cartas, pero seguían vendiendo a todo el mundo… y a qué precios.

De lo que no habló fue de la “orquesta” de la plaza. Ahí el martes por la mañana, si casi todo el mundo que estaba disfrutando como nunca de un Entroido con una temperatura como si de Tenerife se tratase, ponían el grito en el cielo. La plaza es para los disfraces. Hay más plazas en el pueblo a donde llevarlas, por ejemplo la Carlos Casares.

Criticó y mucho la desorganización de las charangas. Comprobamos efectivamente que las del martes por la mañana de 13 a 15 horas tenían que estar allí, pues nada. Pero a decir de los charangueiros, se cansaban de ir detrás de una y, de repente, quedarse en la nada y sin música porque la que tenía que empezar allí para continuar el baile no aparecía. Todos compuestos y sin novia.

No vamos a decir nada sobre la limpieza de las calles y los olores de los que utilizaban la propia calle para miccionar donde le venía en ganas.

Hubo quien apuntaba que un pequeño orden no vendría nada mal, por ejemplo, y ahí va una propuesta: Que las charangas acaben a una hora prudente de las dos y media para que la gente se vaya de pubs hasta la hora de cierre, que no debería pasar de las  cuatro y media, para que tanto los carnavaleiros fueran a descansar, al igual que  los vecinos, para salir por la mañana.
Esto solo es una propuesta, a la cual tiene todo el mundo derecho a discrepar.

Pues con casi todo esto está de acuerdo el concejal, si nos atenemos a lo dicho por él en el sermón. El problema también surgió porque tampoco hubo ninguna plañidera llorando a la sardina. Como lo oyen, ninguna, bueno quizás dos. ¿Tendrá algo que ver el hecho de que fuera el concejal el que se criticara a sí mismo?

Pues nada a esperar a que la oposición pregunte en que se gastaron los 70.000 u 80.000 euros de este Entroido.
Pero para eso ya están ellos.
También esto ya se escuchó en la calle.

dendealimia@veloso.es  

 
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