La opa hostil

 
Por PEPE D.
 
 
 
 
6 de JUNIO de 2012: OURENSE DIXITAL

La partida está servida, y hace ya semanas que se veía venir.
Los Baltar, desde antes de irse el padre para que llegara el hijo, han venido reiterando la validez de las diputaciones a partir de una reclasificación de las competencias y una reprogramación de los cometidos.
Lo dijo José Luis Baltar en el discurso de investidura como presidente el pasado 11 de julio, cuando reivindicó las diputaciones a las que consideró "cada días máis necesarias en provincias como a nosa", y volvió hacerlo el pasado 6 de febrero José Manuel Baltar, cuando el hijo cogió el testigo del padre y, en su discurso, volvió a reivindicar, ahora, "a soberanía das provincias e a independencia das deputacións".
En medio hubo algunos episodios dignos de mención, como el del 17 de septiembre del pasado año, cuando en la Convención de Os Milagros José Luis Baltar dijo que "non é normal que un Concello teña que negociar coas consellerías, ir a Santiago", para reivindicar el titular de la de Ourense que sería más eficaz que tal cometido lo llevaran a cabo las diputaciones.

Era manifiesto hacia donde los Baltar querían dirigir su discurso, y a donde este lunes lo ha llevado José Manuel Baltar: a domicilio (Santiago) y con Núñez (presidente de la Xunta) como maestro de ceremonias, el hijo no se ha cortado un pelo para dar otra vuelta de tuerca, la caja también ha de ser nuestra.
El presidente de la Deputación de Ourense plantea ahora de un modo abierto que las instituciones provinciales entren en el reparto directo que hace el Estado de los dineros. A fin de cuentas, dice, gestionan para los concellos. Tanto podrá decir Santiago, más dirá él, que lo que gestiona la Xunta de Galicia.
Argumentos no le van a faltar: sobre la mesa puede poner los 1,4 millones de euros que la Deputación tendrá que aportar este año a 91 concellos de esta provincia, para cubrir los Servizos Sociais de los que Núñez Feijóo los ha dejado huérfanos de un plumazo quedánsose tan fresco el presidente de la Xunta.

Llegado el momento habrá más: con el modelo económico de Núñez Feijóo más que puesto en entredicho por el propio Partido Popular y hasta Génova 13, será preciso hallar el momento de colocar sobre la mesa el gran debate. El planeamiento sería: con el Estado como el principal soporte económico de la administración local (además de los propios concellos), las diputaciones son más próximas a la administración local que las autonomías y, por ende, menos costosas. Por muchos porteros que tenga la Deputación de Ourense, siempre habrá más duplicidades en los recovecos administrativos de lo obvio y lo inútil de la administración autonómica, igual multiplicado por cuatro provincias pero también multiplicado por las correspondientes consellerías. Luego más caro, incluso mastodóntico.

El discurso tropezará tanto con los histórico como con lo nostálgico, los nacionalismos y las señas de indentidad. Pero el escenario aconsejará en claves tangibles: eficacia y eficiencia. Y luego la cruda realidad: no llegan fondos, no hay dinero.
Ese sería el escenario soñado para el opa hostil: ¿quién sobra antes aquí, las diputaciones o las autonomías?.
Porque, ¿quién está mas cerca del fin último que ha de ser el ciudadano, la Deputación en Ourense o la Xunta en Santiago?.
Y por último: ¿quiénes son más gravosas, las diputaciones o las estructuras autonómicas?.

peped@galipress.com  

 
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