En los tiempos que corren, quien tiene un problema tiene un filón.
Manuel Baltar no es tonto, y sabe que en los problemas de dinero que tienen actualmente la práctica totalidad de las administraciones públicas, puede estar el salvavidas de la Deputación de Ourense.

Con su padre al frente, la Deputación de Ourense no fue nunca ni modelo ni dechado de la administración de los dineros: hace años que su deuda está por encima del 100%. Pero hoy en día nada comparado con la de la Comunidad de Madrid o la del Ayuntamiento madrileño. Por ejemplo.
Igual que las desgracias unen, este tipo de situaciones dan experiencia y crean resistencia en la precariedad. Y ahora mismo, con los demás sumergidos en similares situaciones sino peores, hasta le conceden una cierta posición de ventaja.

Manuel Baltar sabe que, igual que el modelo de aforro propugnado por Núñez Feijóo nada más llegar a la Xunta de Galicia no ha producido los resultados que el presidente hubiera querido, ninguna administración está ahora en situación de dar más que lo poco que desde hace años ha venido dando la Deputación de Ourense.
Por eso ahora, cuando quienes sostienen desde hace años que las diputaciones son instrumentos inútiles para la sociedad, el de la de Ourense hurga en los pocos recursos que le dejan los suntuarios gastos en nóminas y gasto corriente para sacar pecho y preparar su órdago: ¿quién sobra aquí, de quién prescindir antes, quién puede aportar más?, luego ser más operativo, más eficiente.
Sosteniendo la estructura municipal, pilar primario de las instituciones, Baltar Blanco planteará una opa hostil si es preciso a la administración autonómica de Núñez Feijóo.

Considero preciso llegar más allá: el "Plan Operativo e de Xestión 2012-2015" pasa por generar 3,2 millones de euros en unos Presupuestos de 2012 de algo más de 71 millones. Aún teniendo en cuenta que el actual ejercicio económico pasa también en la institución provincial por su Plan de Ajuste, lo que es preciso generar no es más que un 4,5% del actual Presupuesto.
Tampoco parece tanto. Un ahorro así es asumible y viable si se tiene en cuenta, sobre todo, que hay mucho de donde sacar con tanto que puede sobrar.
Algunos pequeños problemas: "solucionar os problemas aos pequenos concellos e os seus veciños", dijo el presidente en su día, es más que probable que no explique la rescisión de un contrato a esos contratados instalados desde hace tiempo en el qué hay de lo mío. Se ve que es un riesgo que asume el hijo del padre. Que, por otra parte, añadiría un plus de credibilidad al cambio que propugna en el modelo de gestión de la Deputación ourensana.

Ya sólo queda escenificar el esfuerzo: ahí va el rescate. La Deputación de Ourense se convierte en garante de los servicios más imprescindibles de la práctica totalidad de los concellos de esta provincia, desde los chicos como Beade y Larouco, hasta las villas como Verín, Xinzo, O Barco o Carballiño.
En el país de los ciegos el tuerto es el rey.
Y Manuel Baltar quiere ser el rescatador.

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