Privilegios y trampas

 
Por ELVIRA CUADRADO
 
 
 
5 de OCTUBRE de 2011: OURENSE DIXITAL

Entre las ventajas de la crisis está un ligero avance en materia de transparencia. Tuvimos en su día acceso al conocimiento de los escandalosos sueldos de los controladores. En nuestra onda local nos hemos enterado muy recientemente que el concello de la capital se gasta 660.000 euros anuales en costear privilegios específicos para el personal de la Casa Consistorial. Que si gafas, que si libros, que si abogados, … Puede que existan necesidades pero, teniendo en cuenta que los funcionarios son controlados por otros funcionarios, nada me garantiza que, lejos de cubrir necesidades sociales, todo se tramite con simples facturas expedidas por el amigo o conocido de turno. Y, viendo en esta movida a un sindicalista cuyo hijo estudió su carrera fuera de Ourense con cargo a las arcas municipales (previa liberación sindical), no me da tranquilidad ninguna la gestión de esa parcela (finca) municipal. Y menos cuanto todos los sindicatos muestran su malestar porque el debate se haya socializado (no les ha gustado que la prensa informe del tema). 

Ese recorte de privilegios sociales del personal del concello de Ourense ha destapado –así se defienden algunos sindicatos- la extensión de la práctica de las asistencias técnicas: contratación de servicios de personas determinadas –más bien, predeterminadas- que desarrollan sus tareas en el concello. Según el PPdG se van en ello unos 415.000 euros de fondos públicos. El problema para los bolsillos de los ciudadanos no es ese y los del PPdG lo saben porque son usuarios avanzados de esa herramienta.

Y es que las asistencias técnicas son una forma burda y tramposa de aumentar la plantilla municipal enchufando a personas concretas y saltándose cualquier trámite de selección de personal, sea funcionario o laboral. Una especie de enchufe exprés. Y ello porque esos contratos de servicios acaban transformándose –por sentencia judicial- en contratos laborales indefinidos. Eso lo sabe el más tonto, incluso nuestros políticos. Comoquiera que esta práctica proliferó de forma exponencial en la última década, el Tribunal de Cuentas, en su moción de 26 de febrero de 2009 instó a que se eviten los riesgos de que esas personas adquieran la condición de personal laboral. Al final de este informe, aquel Tribunal proponía que “se delimiten las responsabilidades de los distintos órganos con intervención en los procedimientos” de contratación de esas asistencias técnicas. ¿No es esto más gravoso que esconder facturas?

A medida que crece el ambiente de campaña, nos vamos acostumbrando a espectáculos impropios de la decencia implícita en todo cargo público. Uno de los más habituales es la partidización de inversiones costeadas con fondos públicos. Así, el conselleiro de Infraestructuras, Agustín Hernández, ha exteriorizado sus lamentos porque el ministro de Fomento, José Blanco, no le invitó a un road show (sarao pseudoinaugural) que desarrolló en Vigo. Otras veces la invitación sí se hace pero los del otro lado no quieren estar. Dicen entonces que no aparecieron porque la invitación no les llegó o les llegó tarde y esto último no es compatible con su apretada agenda.

Otro de los espectáculos habituales es la populista costumbre de llamar la atención en actos públicos convertidos en saraos de poses: montándose en aparatos o camiones, haciendo ruido con instrumentos musicales, manejando artilugios, cogiendo a niños en brazos al estilo Chávez, … todo por salir solos en la foto, sin sombras, aunque eso suponga hacer el ridículo. Hasta el subdelegado del Gobierno, Camilo Ocampo, cae en el aburrimiento. ¿Por qué no van a comer un día al comedor social? ¿Por qué no dedican unas horas a repartir alimentos entre familias necesitadas y unos minutos –esos que se ahorran cuando plantan actos institucionales del otro- a escucharles?

Cierto que el 20-N casi empieza a resultar más interesante que el 15-M, aunque sólo sea porque Rajoy empieza a hacer alguna propuesta concreta. Pero a los políticos les resulta muy difícil comprometerse con algo serio por lo que de esos laboratorios de campaña no paran de salir generalidades y contradicciones. Rajoy salta con que pedirá el “endurecimiento de las responsabilidades para los políticos” que dejen facturas sin pagar. Días después, el aspirante a estadista Núñez Feijoo da un paso más y pide cárcel. Confiemos, por el bien de todos sus colegas de partitocracia, que todo quede en excesos verbales propios de la contienda electoral.

Donde sí habrá doble expectación ante el 20-N será en Os Blancos. Se perdió causalmente la papeleta que deshacía un empate a votos y lo de la moneda al aire no tenía pinta de ser muy democrático. Así que habrá dos urnas ese día en sus colegios electorales. La verdad es que desde que desapareció de la plaza principal de Os Blancos el busto de Baltar la maldición ha sido una constante en este municipio limiano: su anterior alcalde, José M. Rodríguez Ferreiro (el que colocó el busto), ingresó en la cárcel para cumplir una condena de 5 años de prisión (sólo se llevó algo más de 143.000 euros de fondos públicos); las actuales cuentas de ese municipio son el modelo académico de quiebra técnica de un ente local; a cada uno de sus vecinos le tocaba hace un años una deuda de 25.000 euros (más de 4 millones de pesetas) y, en las últimas elecciones, los dos partidos con mayor número de votos empatan pero se extravía una papeleta. Así que habrá que ponerse a buscar la estatua de Baltar. Podemos empezar por los almacenes de uno de los chiringuitos más visitados por políticos de todo color y donde se exhiben las mejores sonrisas.

Aunque no sabemos si antes o después de llegada del AVE a esta ciudad, el Concello ha decidido que, después de instalar jardines exóticos, un balneario y varias pozas termales, bien merece la zona de Outariz tener acceso sin tener que patearse el puente sobre río. Le llaman boulevard termal para así poder encajarlo en el destino fijado para la ayuda estatal. Se acabará así con la chapuza un carril de la N-120 cortado para subsanar la torpeza de quienes se olvidaron de las infraestructuras de acceso a la que ahora es la gran zona de esparcimiento de la ciudad. Así que vamos a dedicar un millón de euros de ayuda de TURESPAÑA para la promoción termal a subsanar una grave omisión a la hora de diseñar la inversión de otros fondos (plan de recuperación de las riberas del Miño y Plan de Dinamización Turística de la ciudad).

El final de esta semana nos despejará la duda de si Pachi Vázquez la ha pifiado o no retando a la dirección federal del PSOE con su propuesta de Laura Seara como cabeza de lista avalada por el comité provincial. En el BNG andan con menos contemplaciones, laminando desde la UPG a todo lo que se mueve en la dirección de “abrir el partido a la sociedad”. Y en el PPdG ourensano dan largas con una frase que aspira a convertirse en cita célebre: “As listas ten que facelas quen ten que facelas”. No hace falta citar al autor.

 
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Y es que las asistencias técnicas son una forma burda y tramposa de aumentar la plantilla municipal enchufando a personas concretas y saltándose cualquier trámite de selección de personal, sea funcionario o laboral. Una especie de enchufe exprés
 
     
   
 
… todo por salir solos en la foto, sin sombras, aunque eso suponga hacer el ridículo. Hasta el subdelegado del Gobierno, Camilo Ocampo, cae en el aburrimiento. ¿Por qué no van a comer un día al comedor social? ¿Por qué no dedican unas horas a repartir alimentos entre familias necesitadas y unos minutos –esos que se ahorran cuando plantan actos institucionales del otro- a escucharles?
 
     
     
     
 
 
     
 
 
 
 
 
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