Mal sabor debió dejar en el Concello la propuesta de la Defensora del Pueblo, María Luisa Cava, de incluir como delito el despilfarro de dinero público justo cuando la el capital humano de la Casa Consistorial (políticos y funcionarios) estaba en el punto de mira por cuestionables gestiones de fondos públicos. Primero fue el ya fallecido Xardín Botánico y luego, sin apenas descanso, la Fiesta de la Cerveza. Por eso hay que prestar atención también a la reciente propuesta del alcalde de Santiago, Conde Roa, cuando exige una ley que establezca la responsabilidad de los políticos respecto a la gestión de fondos públicos. Ojalá su partido le escuche.

Aunque todo se quiere achacar a las prisas en la inauguración –las hubo, sin duda- algo más tiene que haber cuando se gastan más de 3,5 millones de euros de dinero público en una infraestructura que en menos de tres meses deviene inutilizable e inaccesible. El incendio intencionado –de noche y con cinco focos- y provocado por aficionados –apenas causó daños a pesar- hace que todo parezca muy raro. Así, el Concello construye una infraestructura valorada en unos 600 millones de las antiguas pesetas que puede ser destruida con una caja de cerillas. Quizá la causa no esté, como reconoce tardíamente el alcalde, Francisco Rodríguez, en que falta un 10 % de obra por ejecutar sino que en hay algo de chapuza detrás de este improductivo macroproyecto.  

Y es que las infraestructuras hay que mantenerlas desde el día siguiente a la festiva inauguración. Que se lo pregunten al Concello de Ourense, que lleva 10 años intentando conseguir que funcione el Camping de Untes. O al alcalde de San Juan de Río, que ha decidido abrir una de sus varias infraestructuras que llevan años sin estrenarse. O a la consellería de Cultura, que mantiene cerrada una importante infraestructura turística como es el Centro de Interpretación da Cultura Castrexa de San Cibrán de Lás, en San Amaro. O al alcalde de Avión, que acaba de poner en marcha una piscina climatizada a pesar de la constante y profunda regresión y envejecimiento demográficos que sufre su municipio. También nos puede ayudar la alcaldesa de Lobios donde se construyó un vivero de empresas que se va a cerrar porque no hay demanda. 

A los empresarios se les pide habitualmente un plan de viabilidad para obtener una subvención para sus inversiones. Sin embargo, los políticos están exentos de este ejercicio de sentido común y diligencia en la gestión del dinero desembolsado por los ciudadanos. Por eso se construyen aeropuertos sin pasajeros, se inauguran jardines botánicos inaccesibles para la gente civilizada o se construyen viveros de empresa sin emprendedores.

La concejal bloquera Isabel Pérez, responsable municipal de Turismo por decreto, está dispuesta a dar la nota todo lo que haga falta. Aparte de su tic verbal (dije ayer A pero ahora digo que no es A), de su rocambolesco viaje a las fiestas de Bilbao y de su desaire a la sociedad municipal Turismo de Ourense SA por cuestiones partidistas, ha optado por promover la celebración de la Fiesta de la Cerveza en plena Plaza Mayor. Dice que para “dinamizar o casco histórico”. Pero todo acabó siendo un despropósito y un agravio para el sector hostelero local y para todos los contribuyentes locales.

Para empezar, a una empresa privada se le ha aplicado una exención de tasas no contemplada en la ordenanza. Dicho de forma más clara, una exención ilegal. Y el concejal de Hacienda puede mirar para otro lado pero no puede decir que desconoce ese privilegio fiscal. Por cierto, el PPdG que no tire la primera piedra porque, por poner un ejemplo, en el año 2006 se escaqueaban del pago de esta tasa (aprovechamiento del dominio público) tal número de jetas (constructores, operadoras de energía y telefonía, …) que el Concello apenas ingresaba el 26 % de lo liquidado (Tribunal de Cuentas dixit después de quejarse por la negativa del Concello a facilitar información).

Por si fuera poco, la empresa engancha en el cableado del concello para suministro eléctrico, utiliza una toma de agua pública y vierte sus residuos (no sólo cerveza) directamente a la red municipal. Visto lo visto, cabe pensar también que una vez levantadas las tiendas, sería el servicio municipal de limpieza quien dejaría la plaza consistorial como una patena. Isabel Pérez sabe que no nos dice la verdad cuando afirma que no hubo “ningún gasto económico para el Concello”. Mucho morro tiene esta chica.

Pero lo más grave. Dice la edila bloquera Isabel que, ante la petición de la empresa privada, se realizó “a reserva automática do dominio público”. ¡Hala! Sin licencia –a pesar de ser una actividad sujeta al reglamento de espectáculos públicos- y sin control alguno de la seguridad de los eventuales usuarios. Y todo delante de las mismas narices de la Consistorial. Por si fuera poco, los foráneos no se cortaron en ventear su facturación: 60.000 euros. Más morro por si fuera poco.

Así que cabe preguntarse con qué autoridad –legal y moral- exigirá el Concello a los establecimientos hosteleros que el respeto a las normas urbanísticas y de seguridad en sus establecimientos. Tendrá que explicar por qué a unos se les niega la instalación de terrazas por tener deudas tributarias y por qué a otros se les exime de ese tributo a pesar de la extensión del espacio público cedido y del volumen de facturación alcanzado.

En definitiva, un claro acto de competencia desleal contra el sector hostelero ejecutado paradójicamente desde la Concellería de Turismo. Motivos habrá. Quizá impulsividad y nula perspectiva respecto al desarrollo del sector turístico de la ciudad aunque no me extrañaría que también hubiera un ¡invítame, porfa a la Fiesta de la Cerveza en otra ciudad para “profundizar” en este tipo de experiencias.

No acaba ahí el agravio al sector turístico, Mientras políticos e instituciones se unen para compartir sesiones fotográficas y fondos públicos en Termatalia para promocionar el termalismo de Argentina y no sé cuántos países más, la mayor infraestructura turística de la provincia –la Estación de Montaña- languidece víctima de un rosario de deficientes gestores y del abandono institucional.

Sigue coleando el culebrón de la menor retenida deportivamente por el club de fúbol-sala Pabellón-Cidade das Burgas. Si sigue ese derrotero mediático, poco queda para la intervención de Benedicto XVI. El asunto acabó feminizándose –hasta elevarlo a la categoría de maltrato por una experta en género- a pesar de que se trata de la aplicación de una normativa aprobada en su día por los políticos que ahora dicen escandalizarse y con el beneplácito del mundo deportivo. Y el padre de la menor, el que firmó el sometimiento de su hija a la disciplina deportiva del club, dirige la orquesta. En vez de cambiar las normas y admitir que no la rascan en esa otra vida que es la parlamentaria, proponen privar al club de las subvenciones. Así, frente al abuso de derecho de un club deportivo utilizamos el abuso de poder de la Administración. Genial, muy típico del mundo futbolero, el mayor paraíso fiscal y de fraude institucionalizado en este país.

En el planeta autonómico, Núñez Feijoo sigue animando a que los ciudadanos y empresarios invirtamos en NCG. Olvida el presidente de la Xunta que ya hemos invertido en ese juguete 1.162 millones de euros y que vamos a invertir 2.622 millones más. Mientras NCG se difumina y sus consejeros corren por hacerse con jugosas retribuciones (las últimas), Fenosa dice que vuelve a Galicia. Normal que quieran estar cerca de su botín después de años de expoliación de nuestros recursos naturales. También lógica opción la de ese gesto político-institucional, con tintes pre-electorales, si la eléctrica quiere poner un pie en el negocio de la energía marina. Y es que unos mejor que otros saben aprovechar las oportunidades que nacen de una crisis.