A menos información, más lela la población

 
Por ELVIRA CUADRADO
 
 
 
6 de JULIO de 2011: OURENSE DIXITAL

Después de ese paréntesis en la dialéctica sana que abarca desde la precampaña hasta la configuración de los gobiernos locales, empieza a animarse el debate en las consistoriales. El fuego cruzado entre los ediles del PPdG y del PSdG-PSOE en la ciudad nos muestra cuán invisibles somos en la ejecución presupuestaria estatal y autonómica. En Celanova, el PSOE le coloca al alcalde, Antonio Mouriño, la etiqueta de alcalde mejor pagado de todas las villas de la provincia. 

En el último pleno de la capital, los tres grupos políticos integrantes del esquema partitocrático (PSOE, PP y BNG) han tenido ocasión de pronunciarse sobre una moción de Democracia Ourensana que pretendía al acceso vía Internet de determinados datos de ejecución presupuestaria. Aun cuando esa propuesta de DO podría considerarse exagerada -¿falta de experiencia?- por el nivel de detalle exigido, lo cierto es que el nivel de transparencia financiera del gobierno local deja mucho que desear.

Los concellos de otras capitales (Lugo, A Coruña, Santiago, Vigo, …) permiten a los ciudadanos el acceso a la información detallada sobre la ejecución presupuestaria, es decir, sobre cómo y en qué se gasta el dinero público local, de dónde se obtienen los ingresos, cual es la evolución y estructura de la presión fiscal, cuánto pagan los ciudadanos por cada servicio municipal, ….

El concello de Lugo permite a sus administrados el acceso de una exhaustiva información económica relacionada con las cuentas municipales: desde el presupuesto hasta la liquidación de las cuentas anuales pasando por informes de ejecución presupuestaria. El concello de A Coruña facilita mucha más información al incluir indicadores financieros y presupuestarios además de permitir el acceso a los textos completos de las alegaciones presentadas por las asociaciones de vecinos y por los grupos políticos. El de Santiago, además de proporcionar la información presupuestaria y financiera general, es especialmente exhaustivo en la ejecución presupuestaria. Y si tuviéramos que dar un premio sería para el concello de Vigo: acceso desde la portada de su sitio web a una completa información de ejecución presupuestaria con múltiples opciones comparativas.

Pero el concello de Ourense se limita a dar información del Presupuesto y no existe información detallada de la ejecución anual a salvo las referencias genéricas de las Cuentas Generales de cada ejercicio. El mismo portavoz del PPdG, Rosendo Fernández, tiene que preguntar en el Pleno por el destino del crédito de una partida presupuestaria ya que, como dijo, “Unha cousa é presupostar, outra licitar e outra executar”. Muy básico para un debate en el pleno de una capital, pero también reflexión muy evidente para el ciudadano de a pie. 

Esa falta de transparencia la justifica el concejal de Hacienda de la ciudad, Agustín Fernández, en que esa información detallada es “poco útil para el ciudadano”. Parece que no piensan lo mismo sus homólogos de otras capitales gallegas. ¿O es que nos merecemos que nos traten como más tontos y paletos que en las otras ciudades y por eso opina que no le sacaríamos utilidad a esa información? La excusa es, a todas luces, insostenible por irracional, más en un contexto de transparencia: todos sabemos que el Presupuesto no proporciona ningún dato nada que permita valorar la gestión municipal. Así que, Sr. Fernández, no somos parvos. Más que poco útil esa información es incómoda para el gobierno local, tanto más cuanto más deficiente sea la gestión. 

La palabra transparencia tiene el mismo sino que la de austeridad: todos la utilizan pero nadie se da por aludido a la hora de aplicar esos principios. La semana nos ha traído nuevos datos de cómo la austeridad es más un arma populista que una actitud de nuestros políticos. Las Administraciones públicas crearon desde el inicio de la crisis (2007) un total de 227 nuevos chiringuitos públicos. Las subvenciones a televisiones públicas en 2010 aumentaron un 57 %, principalmente para compensar los ingresos privados por la crisis. Así que ni nuestra Administración –escasamente profesionalizada en sus altos cargos- ni nuestra clase política –plagada de mediocres- tienen capacidad para reducir el gasto sin destruir paulatinamente el Estado del Bienestar. Es lo que vamos viendo todos los días y a lo que tendremos que irnos acostumbrando porque aún queda tela por cortar.

A veces la austeridad no es suficiente y hay que recaudar más. Así es como lo ve el nuevo concejal responsable de termalismo, Vázquez Barquero, quien cree que debe cobrarse una tasa por el uso de las pozas termales públicas. No sé si pretende cobrar por al uso del agua –que no es del concello- o por la utilización de las zonas de esparcimiento, que tampoco son de titularidad municipal además de estar algunas en zonas inundables.

Mientras en la corte local se acomodan con sus cosas, Baltar intenta espantar esa molesta mosca meditática que revolotea en torno a Xero. Pasa el tiempo y aquella apariencia de veracidad se desvanece para dibujar un tocomocho más en esta provincia nacido al calor de la precampaña electoral. Ha habido muchos pero nunca una trola de las que han regado la historia de esta provincia aglutinó a tanto responsable institucional: consellería de industria, Inorde, Diputación, IGAPE, Urbaourense, ayuntamiento de Melón, … Sólo faltaron el Obispo y la Guardia Civil.

Allá por donde andan los llamados mercados, la NCG sigue su camino hacia la bancarización. Con desinterés ciudadano absoluto, nos aproximamos a esa gran revelación cual es cuánto vale NCG. El próximo 21 de julio, la asamblea general aprobará el proyecto de bancarización y luego … a la Bolsa. Cuando veamos el precio de saldo de salida -¿un 25, 30 o 40 % de su valor?- empezaremos a preguntarnos por qué la entidad financiera gallega vale tan poco y dónde se ha quedado la diferencia. Hasta puede que la entrada en el parqué bursátil se produzca en pleno agosto, con media sociedad desconectada.

El líder de los socialistas gallegos, Pachi Vázquez, ha propuesto un debate parlamentario sobre la viabilidad económica de los ayuntamientos. Lo ha hecho en una rueda de prensa, evitando los instrumentos de participación de ese Parlamento autonómico que tanto nos cuesta. Y lo ha hecho en blanco, sin ninguna concreción. Casi simultáneamente, la creación del área metropolitana de Vigo se bloquea en el Parlamento porque, según el PSOE y el BNG, el PP quiere mangonear la presidencia de aquélla. Si, como dijo el conselleiro Rueda, ese es el “embrión de la ordenación territorial de Galicia”, el aborto es evidente. Mientras, todos -hasta el ex dios Felipe González-  cuestionan las Diputaciones, pero nadie quiere un debate. Y la comisión parlamentaria creada para afrontar el grave problema demográfico se muere de aburrimiento. Así que seguiremos sufriendo palos de ciego cuando de la ordenación territorial y urbanística del territorio gallego se trate. 

 
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