La habitual relajación que proporcionan estas fiestas ha permitido un hueco para pasear y hacer las compras de rigor. Pero ese afán que combina ocio y placer se ve truncado si nos fijamos en la cantidad de establecimientos que se ha llevado por delante la crisis, algunos de ellos históricos  y supervivientes de varias recesiones. Carrocerías Dasán y Electrodomésticos Ferrero han sido los protagonistas esta semana del fatídico apartado concursal en los boletines oficiales. 

Y es que la crisis está en la calle, lugar por el que los políticos no suelen pasear: andan en sus coches oficiales o buscan sitios aislados para sus cotarros. Eso explica que sus discursos o sus prioridades sean cada vez más banales y desconectados del mundo real y, respecto a la crisis, su único afán sea manipular estadísticas cuando no facilitar datos falsos.

Gracias a la crisis los ciudadanos hemos conocido casi en tiempo real el nivel de endeudamiento de la Comunidad Autónoma de Galicia y su quinta posición entre las Comunidades con mayor volumen de deuda. La conselleira de Facenda, Fernández Currás, contrapone a ese puesto en el ranking el rigor presupuestario del ejecutivo gallego. Nos faltan datos pero podemos presumir que es cierto porque la verdad es que Núñez ha aparcado su programa de gobierno y su gestión se limita a dirigir los recortes en inversiones y en gasto social.

Quien no da muestras de austeridad es la Diputación de Baltar. Se ha pasado varios pueblos en el gasto de personal en 2010 y no piensa cortarse un pelo en 2011. Ese es el mensaje nada subliminal para abonar el campo de votos no cualificados del PP ourensano: cada vez hay más paro pero yo, Baltar, soy el único que puede garantizar un empleo y pongo los medios necesarios para ello, no como otros. El poder mediático, cada vez que hurga en esa desfachatez de gasto público, lo único que hace es reforzar ese nivel de expectativa. Y el votante no cualificado, mayoritario en el PP no urbano, vende su voto por la mera expectativa ya sea de un empleo temporal de apagafuegos, ya sea por una farola más cerca de su casa.

Más difícil será el voto cualificado del centro urbano. Quizá esa sea la razón del nuevo fichaje de los Baltares, José Luis Valcarce, ex-PP, sindicalista y competidor de sus padrinos en otros dos comicios locales. Desde el PP le llaman rescate. Será por el naufragio electoral que tuvo hace cuatro años. Por esas fechas, el PP local había culpado de forma explícita a Valcarce de haberle hecho perder la alcaldía  al quitarle el voto urbano con su candidatura encabezando la lista de Terra Galega. Y, nada más empezar, en su primera intervención, el hijo pródigo de la familia pepera patina poniendo en evidencia lo ya evidente: a Rosendo no le conoce casi nadie.

Al margen de lo anterior, la futura lista del PP tendrá que afrontar un problema de comunicación; a ver cómo lo lidia el responsable de comunicación de la campaña electoral del PP local. Si es cierto como se anunció que los conselleiros de Núñez van a arropar a Rosendo Fernández, existe el riesgo derivado del contraste de estatura, vamos, que Rosendo es bajito (igual que Baltar) y, rodeado de figuras, las connotaciones no serán positivas. Hará falta una estrategia de imagen para no taparlo y más con la presencia de la segunda estrella de la lista, José Luis Valcarce, quien le saca varias cabezas al cabeza de lista. Así que todos atentos a cómo se colocan en las fotos y vídeos electorales para solucionarlo.  

Dicen los juristas que los delitos medioambientales son delitos de riesgo, es decir, se castiga penalmente la omisión de medidas para evitar desastres medioambientales, ya sea por particulares o por cargos públicos. Pues a ver si el peso de la ley es el mismo para todos. Ha habido llamamientos a la cooperación institucional pero han resultado ineficaces porque a nadie le importa que el rio Barbaña entre en la UVI cada dos por tres por empresarios sin escrúpulos, en competencia desleal –se ahorran el coste de tratamiento de residuos o, mejor dicho, nos lo traspasan a todos los ciudadanos multiplicado por dios sabe por cuánto- y con la omisiva complicidad institucional. ¿Acaso pretenden –si no lo está haciendo ya-  el alcalde de Pereiro de Aguiar, Eliseo Fernández, y la alcaldesa de San Cibrao, Elisa Nogueira, vender terreno industrial más competitivo (y recaudar más tributos) a base  de reducir los costes ambientales de las empresas que se instalan? Porque al final parece que el único problema a una nueva depuradora es que los empresarios tendrían que pagar. Y me pregunto, ¿cuántas neuronas hay que tener activas para entender aquello tan simple de que el que contamina paga?

Habrá nueva multa -¿ya pagó la de 450.000 euros del 2009?- al Concello de San Cibrao  por el expediente sancionador que la Confederación Hidrográfica  Miño-Sil acaba de abrir  y que no bajará de los 100.000 euros. Pero realmente quienes la pagarán serán todos los vecinos de San Cibrao y seguro que ninguno de ellos es el autor de esos reiterativos atentados medioambientales. Quizá también sean los vecinos de Calvos de Randín los que tengan que pagar la multa que la Justicia ha impuesto a su regidor, Aquilino Valencia, por chulear al juzgado que intenta establecer las reglas democráticas transgredidas con motivo de una moción de censura.