Lo ya dicho. Menos mal que nos queda el termalismo. La feria Termatalia generó 30 millones de euros de negocios (unos 5.000 millones de las antiguas pesetas) en sólo 3 días, casi tanto como los ingresos que generará la visita del Papa (31 millones de euros según la Xunta). No está claro si en Perú, en México o en Colombia. Además, más de 10.000 visitantes a la feria, 2.500 de ellos profesionales. Los hoteles de la ciudad (los que quedan) y los de los alrededores llenos, según el boletín oficial del certamen. El mundo de la cultura optó por alternativas más modestas pues, a la vista de los titulares de éxito, los visitantes generados por eventos simultáneos (Semana Auria de Literatura, Jornadas de Patrimonio Histórico-Militar de Galicia, estreno teatral, … ) se encargarían de llenar los albergues y las pensiones. Realmente genial.

Éxito es también la causa de que el manantial termal de O Tinteiro haya dado síntomas de agotamiento después de una actuación municipal de remodelación. No hay sabotaje como apuntaba el alcalde (surgiría la obligación de investigarlo y encontrar a los culpables). En directa contradicción, la concejala de turismo habló de “éxito de uso”: la culpa es de los usuarios porque no se les ocurre otra cosa que utilizar las instalaciones y darle a los pulsadores de los distintos pediluvios colocados por el Concello.

En otro plano más real, la empresa orensana COPASA afronta la crisis del sector de la construcción con la mejor receta: incrementar su presencia internacional con un contrato en África. En la misma senda, las bodegas del CRDO de O Ribeiro recibían a importadores y distribuidores de EEUU. Dos iniciativas de espaldas a la Cámara de Comercio a pesar de los importantes fondos públicos que afirma dedicar a comercio exterior. Eso sí, esta misma semana se conocía la excursión a California organizada por la Cámara y subvencionada por la consellería de Economía. Irán 9 bodegas para “conocer experiencias de enoturismo en el Valle del Napa”. Sólo falta saber a nombre de quién están los billetes subvencionados y si, como era habitual, se utilizan empresas para convertir misiones comerciales en viajes turísticos financiados con fondos públicos. Aunque ha habido un cambio reciente en sus órganos de gobierno, la tradicional opacidad no permite tener esperanzas en una mínima transparencia.

Por lo demás, ha sido una dura semana de trabajo para los partidos políticos enzarzados en el tradicional debate presupuestario pero con la salsa de la cercanía de unas municipales-primarias. Pero no acabo de entender por qué tanto esfuerzo en discutir sobre unos presupuestos que ni unos ni otros cumplen. Un diario local nos recordó cómo nos vacilan con las partidas presupuestarias. Se repiten consignaciones para obras que no se ejecutan aprovechando la sumisión al poder de dirigentes locales y empresariales. No sólo nos mantienen como la provincia permanente e históricamente discriminada en los presupuestos sino que luego extreman aún más esa discriminación conscientes de la ventaja que le proporciona el silencio de los líderes sociales. ¿Por qué no hacer un debate anual sobre la ejecución presupuestaria, que es lo que de verdad importa? ¿Dónde están las voces empresariales de los que están tan preocupados por el soterramiento de una AVE que no llegará antes del 2015?

El caso es que parece que la Xunta ha decidido enrocarse: 3 de 4 euros se destinarán a gasto social en detrimento de las políticas de creación de empleo. A saber qué nueva definición tiene eso de gasto social. Lo cierto es que, cuando se conoce que el gasto social disminuye respecto a 2010, la respuesta es que no se recorta, sino que se ahorra y por eso es menor.  Además, ese ahorro que parece recorte viene de la “mayor eficiencia de los servicios”, o sea, que la Administración podía ser más eficiente pero sólo lo intentará a partir del 1 de enero de 2011.

No muy eficiente pinta el sistema llamado de colaboración público-privada para las infraestructuras. Se construyen las obras y se pagan dentro de 20 o 30 años, aunque eso multiplique por tres el coste como ocurre con la autovía de Celanova. Con un sistema de pensiones seriamente amenazado no parece buena idea traspasar el pago de esas infraestructuras íntegramente a otra generación fiscal.

Dice la conselleira de la hacienda autonómica que no suben los impuestos pero el próximo martes se aprobará la nueva Ley de Aguas que incluye el canon del agua en sustitución del canon de saneamiento. Ya el cambio de nombre permite sospechar de un hachazo; y el anuncio del uso de estimaciones objetivas de consumo para los que no tengan contadores apunta a cirio seguro. Eso sí, el golpe fiscal estará diluido entre numerosos contribuyentes y, lo más importante, con el cobro diferido a los ayuntamientos que será los que den la cara y las explicaciones, que se las pedirán. Habrá, pues, que estar muy atentos para ser capaces de entender algo del debate que sobre esta nueva Ley se iniciará en la Cámara gallega el próximo martes.