El grupo municipal del BNG en el Concello de Ourense dice tener serias dudas de que la fuente calificada de "termal", la que la conselleira de Infraestruturas inauguró esta semana en el entorno de Os Remedios de esta, sea tal. Es decir, de agua termal. Según el portavoz nacionalista, Luis Seara, "no nos consta la existencia de permisos por parte de minas de la Xunta de Galicia, así como la declaración mineromedicinal de las aguas ni los pertinentes informes sanitarios".

Seara ya anticipa que "la Xunta no puede engañar a los vecinos y tiene, por lo tanto, que aclarar qué tipo de fuente y qué tipo de agua echa, cuáles son las propiedades e, incluso, si es apta para el consumo". Y señala el portavoz nacionalista que, a día de hoy, no hay ninguna señalización de si es o no es potable, y sobre las propiedades de la misma en caso de que sea termal. "Que la conselleira venga a Ourense a decirnos que esta fuente va a ser un referente termal, es un insulto a la inteligencia de los vecinos, cuando por culpa de una ley aprobada por la Xunta las instalaciones termales públicas estuvieron muchos meses cerradas debido a la falta de sensibilidad del Gobierno gallego", concluye señalando el portavoz nacionalista en el Concello de Ourense.

Agua caliente sí, pero lo de termal está por ver

En el acto inaugural del pasado lunes, la conselleira afirmó que la fuente se ejecutó a instancias del concelleiro Jorge Pumar, que dio cuenta a la Consellería de que en este lugar existía una surgencia termal. Inexacto y erróneo, porque en ese lugar lo que existió fue un grifo de agua conectado a la red municipal de distribución, nunca una fuente termal.

En la última década del pasado siglo, una serie de sondeos realizados en las riberas del Miño para el INI, Instituto Nacional de Industria, por la empresa Adaro (hace años disuelta), hallaron una surgencia en este exacto punto con la correspondiente perforación. La surgencia quedó sellada, luego el candado fue reventado, el anónimo inventor de la Playa da Antena construyó una fuente enxebre, la fuente fue derruida y el sellado restituido. A continuación llegaría la obra de la mejora de la ribera del río en este punto, incluyendo el empedrado adicional y estéril del paseo por el entonces alcalde, Manuel Cabezas.

Lo único que es seguro del agua de aquella surgencia es que sí era caliente. Al menos entonces.