El Concello de Ourense devolvió a su lugar en la Alameda de esta ciudad, las farolas de de Daniel Vázquez-Gulías de la primera década del siglo XX, una vez completada su restauración. Las farolas, además de suponer un riesgo para las personas y para el propio patrimonio, señala el Concello, se encontraban en muy mal estado por la falta de mantenimiento y por restauraciones "inapropiadas" llevadas a cabo hace años, presentando grietas, añadidos incorrectos y diversas piezas sueltas. Repararlas ha costado al Concello 23.600 euros.

Siguiendo las indicaciones de la Dirección General de Patrimonio, las columnas y las bases que las sustentan fueron restauradas manteniendo la piedra Trasalba, la más común en el conjunto histórico artístico de la ciudad. En el interior de las columnas, se retiraron los antiguos espigos de hierro y fueron sustituidas por un tubo de fibra de vidrio que, además de reforzar la estructura,  permite el paso oculto de los cables para las luminarias. Las farolas metálicas, por su parte, fueron limpiadas y restauradas de forma que se conservara la mayor fidelidad posible con las piezas originales. A indicaciones de Patrimonio, no se rehicieron partes que ya se consideran perdidas, y las deficiencias fueron subsanadas con nuevos materiales, más modernos y flexibles que los que se encontraron, para soportar mejor el paso del tiempo.
Las luces, que databan de la época de los 80, fueron conservadas y mejoradas, y solo fue preciso sustituir la central por otra muy similar a original y adaptada la normativa actual.

A pesar de que los trabajos de restauración finalizaron, las farolas seguirán contando con un vallado perimetral, especialmente con la lluvia de estos días, hasta que se consolide el mortero de cal con el que se reforzaron las juntas, concluye indicando el Concello.