Tras el anuncio de que Francisco Rodríguez encabezará en 2023 la lista del PSOE por Ourense, las dos principales fuerzas en los comicios locales de los últimos años en la capital ourensana apuestan por su pasado. Más inmediato en el caso de los socialistas, cuyo candidato ocupó el sillón de la alcaldía en 2007, el que había dejado el 2 de febrero de aquel año Cabezas para que Enrique Poly Novoa completara el mandato. En el caso de los populares, la reposición de Manuel Jaime Cabezas Enríquez supone retroceso a 1995, al siglo e, incluso, al milenio pasado, si nos referimos el inicio de su mandato.

Las dos fuerzas llamadas a repartirse las mayorías de la Corporación ourensana ni deparan sorpresas ni juventud, y mucho menos renovación. A Manuel Cabezas le siguió encabezando al frente de la lista del PP Poly Novoa, que dio paso a la alternancia: gobierno de PSOE y BNG con Paco Rodríguez en la alcaldía. Cuando el 20 de septiembre de 2012 la jueza Pilar de Lara decidió con la Pokemon truncar el segundo mandato de Rodríguez en la alcaldía, le sucedió un gris Agustín Fernández que cumplió, simplemente: sin destellos ni visos de continuidad. Tampoco los tuvo el popular Rosendo Fernández, que en 2015 fue relevado por Jesús Vázquez por designación de Santiago. Vázquez Abad fue un magnífico ahorrador pero un pésimo alcalde, incapaz de invertir en la ciudad más de lo que aportó la Xunta.

Los cuatro, Poly Novoa, Agustín Fernández, Rosendo Fernández y Jesús Vázquez, han sido los protagonistas del interludio de una década estéril (2012-2022) de ambas fuerzas en la ciudad. La irrupción en el Gobierno de DO con Pérez Jácome como alcalde, es también producto del vacío generado por los cuatro y sus dos partidos. El retorno al pasado de ambas fuerzas para recuperar sus cabezas de cartel, que en el caso del PP va camino de los 70 años, evidencian la incapacidad de PP y PSOE para generar líderes, al menos en esta ciudad. Luego que la renovación en ambas fuerzas o no existe o no da para más.