El acto institucional de inauguración de la Línea de la Alta Velocidad Madrid-Galicia que contó este lunes con la asistencia de S.M. el Rey Felipe VI y con la del presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez, dio paso al inicio de los servicios comerciales del AVE Madrid-Galicia. Fue tras un acto de marcado carácter institucional, como queda dicho, que nada o, a lo sumo, muy poco aporta a lo ya sabido y anunciado en su día, y de todo lo que había quedado a la espera del acto inaugural de este lunes desde el mes pasado.

Otra vez se repitió en reiteradas ocasiones el calificativo "histórico" acompañando a la fecha de este 20 de diciembre. Así lo hizo, por ejemplo, el presidente de la Xunta, aunque la intervención de Núñez Feijóo no estuvo exenta de alusiones reivindicativas cuando reiteró que "el AVE deberá detenerse en la estación ourensana mientras no se pongan a disposición los trenes de rodadura desplazable", los trenes Avril de Talgo. Algo que el titular de la Xunta de Galicia calificó de "irrenunciable" para que el resto de las ciudades gallegas puedan sumarse "cuanto antes" a la alta velocidad, añadió Feijóo.

Si de algo deben haber llevado constancia las autoridades que tomaron parte este lunes en el acto inaugural (si es que no lo sabían), es de que el AVE llega a Galicia porque Ourense es Galicia, lo que no quiere decir que llegue a cualquier otra ciudad a no ser la mencionada. Lo que también recordó el alcalde de esta ciudad cuando Pérez Jácome afirmó que "Cenicienta va a viajar desde hoy en un carro un poquito más cómodo y mejor". Y no por ello, remachó el regidor ourensano, cambia la condición de "la ceniciencia de Galicia, aunque quizá hoy lo seamos un poquito menos".

La llegada de la Alta Velocidad a Galicia y del AVE a Ourense, que se produce tras numerosos retrasos sobre otros tantos plazos y compromisos incumplidos, modificaciones de proyectos y otros todavía sin fecha de conclusión (caso también de la Variante Exterior de Ourense), abre ahora tantas puertas como destinos gallegos ven solo que el AVE se les acerca pero aún no llega. De ahí que el titular de la Xunta insista en que "se extiendan los beneficios de la alta velocidad también hasta Ferrol y Lugo, despejando toda sombra de incerteza sobre las conexiones ferroviarias de Vigo asó como la conexión con Portugal". Feijóo demando que se cumplan los tiempos de conexión con Madrid de poco más de 3 horas, y recordó que eso es lo establecido en la planificación comprometida con Galicia por los distintos gobiernos de España.