Ecoloxistas en Acción ha remitido una batería de escritos a las consellerías de Economía, Innovación e Empresa y a la de Medio Ambiente, así como a la Valedora do Pobo, por los que piden actuaciones para poner punto y final a la concesión de una explotación minera de estaño y wolframio que se otorgó en 2015, aunque nunca tuvo actividad. Algo que ya tendría que haber ocurrido, porque las concesiones mineras expiran a los 4 años de no ponerse en marcha (lo que ocurrió en este caso) o incumplir los plazos estipulados en los proyectos. Según Ecoloxistas en Acción, la minera "no solo no inició los trámites de caducidad, sino que intentó oculta la falta de actividad mediante informes".

La actuación del colectivo ecologista ante este proyecto minero se basa en su afectación al LIC Pena Maseira, en Red Natura 2000, y al hecho de estar situado a solo 1 kilómetro del Parque Natural de Montesinhos en Portugal. Ecoloxistas en Acción expone el historial mercantil que siguió el proyecto, con una actividad mucho más febril en ventas y compras que la de la propia explotación minera. Pues en este último caso, mientras se preveían extraer 5.000 toneladas al año a cielo abierto, la imposibilidad de trasladar el material en camiones hasta la mina de San Finx, en Lousame, y que también esta mina no dispusiera de las autorizaciones ambientales precisas, abocó a la de A Gudiña a fracasar en el intento.

Ahora, Ecoloxistas en Acción advierte de una nueva operación de compra de la explotación, sin descartar un nuevo intento de puesta en marcha. Por lo que plantea a la Administración autonómica "que cumpla con la legislación declarando la caducidad de la concesión minera como de la autorización ambiental". Y, de paso, "se evite poner en riesgo la integridad de espacios sensibles".