Si hasta ahora por algo se caracteriza este verano (al menos en Ourense), está siendo porque las temperaturas son bastante más suaves que las de verano pasado. Sin embargo, las cianobacterias vuelven a la palestra dando a entender que no solo son una cuestión de calor y horas de luz solar. En realidad esto ya se sabía hace ocho años, por lo menos.

Cuando en noviembre de 2013, en un acto que tenía lugar en Muiños, el Ministerio de Agricultura y la Confederación Hidrográfica del Miño-Sil anunciaban que experimentarían con vegetación en islas para erradicar las cianobacterias en el embalse de As Conchas, en pleno transcurso del acto el alcalde Muiños, Plácido Álvarez Dobaño, advertía que el problema "no está aquí, en Muiños y en Bande, el problema está 7 concellos Limia arriba". Y añadía: "tienen que hacer algo más que estar escondidos y que el Limia sea la cloaca de dos comarcas". Lo que el alcalde de Muiños decía aquel 28 de noviembre de 2013 lo suscribía el alcalde de Bande, José Antonio Armada. Ocho años después, la situación se repite en ambos concellos. Y ya lo hizo antes.

A finales de junio de 2018, un nuevo brote de cianobacterias daba al traste con aquel plan presentado a bombo y platillo en 2013. Lo que el entonces presidente de la Confederación Hidrográfica, Francisco Marín, había calificado de "solución ecológica al problema", apenas había servido para mitigar levemente el retorno de las cianobacterias. Claro que en la ocurrencia ni el Magrama ni la CHM-S habían prestado mayor atención: el Plan de 1,1 millones de euros presentado aquel mes de noviembre de 2018, consignaba casi todo el dinero a zonas de baño y manantiales termales, y dejaba para la ocurrencia de las "islas vegetales" algo más de 30.000 euros, un 4% del total presupuestado.