PSOE y PP parecen haber sellado su no entendimiento para la moción de censura con el movimiento de los populares de este miércoles, 21 de abril. Tras lo cual queda la advertencia de socialistas y BNG de que el PP volverá al Gobierno de la ciudad con Pérez Jácome como alcalde. La clave ha estado en hasta dónde y a qué punto elevaron su nivel de exigencias los populares ourensanos. En tal situación y por lo que a ambas fuerzas respecta, que Pérez Jácome y su exiguo gobierno de tres en el Concello de Ourense complete el mandato o salte por los aires, solo dependerá que el alcalde no cometa una torpeza mayúscula que aboque a la oposición a un movimiento de salvación de la ciudad. Y con ello active el denominado gobierno de concentración, por ejemplo.

Cuando Flora Moure exigió al PSOE poco menos que inmolara a su cabeza de lista, portavoz en el Concello y en la Diputación y secretario de los socialistas ourensanos, con la oferta de que, no más, el PP se sentaría a negociar, era tan obvio que el PSOE no podría hacerlo como que el PP abortaba cualquier vía de negociación. Lo que equivalía a extender un salvoconducto a Pérez Jácome para seguir al frente del Concello. De los "ni 5 minutos" de lo que el PP había hablado anteriormente, se había pasado a que aquello fue hacía más de 4 meses y Villarino no había hecho más que envenenar las relaciones. Lo cual no es mentira, porque tampoco el socialista ha evitado cometer torpezas (castigar a los ediles populares con no disponer de las dedicaciones al cargo que le correspondes es la más reciente). El PP no contemplaba la más mínima opción de diálogo sin que antes Villarino desapareciera del Concello, y con ello de la Diputación. Y todo a cambio de nada es decir, de ninguna certeza, porque tras haberlo defenestrado el PSOE no se le garantizaba el menor éxito a la negociación.

Flora Moure compareció sola, absolutamente sola, nadie más que ella en la sede del PP la mañana del miércoles ante las cámaras y los periodistas. ¿Hablaba la portavoz del grupo municipal popular en el Concello o la portavoz del PP? Más bien lo último, pues allí no estaba el coordinador del grupo, Jesús Vázquez, ni ningún otro de los cinco restantes concelleiros que conforman el grupo. Si lo que iba a decir no era, precisamente, asunto baladí, sino enterrar la más mínima posibilidad de la moción de censura en el Concello de Ourense, estaba claro que más que una portavoz era la mensajera del recado.

El órdago fue tal: de una sola vez el PP puso sobre la mesa los suficientes tantos como parar el juego.