Ourense perderá el 80% de su actual oferta termal con la nueva normativa de la Xunta de Galicia, anunció este jueves el alcalde de esta ciudad, Gonzalo Pérez Jácome de Democracia Ourensana. "La Xunta finiquita el modelo termal de la ciudad", aseguró Pérez Jácome, al anunciar que, según lo dispuesto por la Administración autonómica en la Ley 8/2019 de 23 de diciembre de regulación y aprovechamiento lúdico de las aguas termales de Galicia, la capital ourensana solo podrá contar con un vaso en Outariz y otro en Chavasqueira de la docena de los que actualmente dispone en la margen derecha del río Miño a su paso por esta ciudad.
A tenor de lo que dispone la mencionada Ley, que consta de cuarenta artículos distribuidos en cuatro títulos, tres disposiciones transitorias, cinco disposiciones finales y un anexo, la zona de O Muiño da Veiga no podrá abrir al público como zona de baño "a corto plazo", y el aprovechamiento de As Burgas, en plena capital, precisará de obra de adaptación a la nueva normativa que no estará lista, como mínimo, hasta final de este año. Según afirmó el alcalde de Ourense en una comparecencia este jueves ante los medios de comunicación para comunicar dicha situación, la normativa de la Xunta "finiquita el modelo termal de la ciudad", insistió Jácome, ya que "no hay adaptación posible para conservar lo que teníamos".
El regidor de la ciudad calificó la normativa de "tremendamente restrictiva", y explico que obliga a renovar cada 4 horas el agua de cada espacio de baño en su totalidad, "lo que requiere aumentar drásticamente la demanda de caudal para cada poza". De forma que "sería necesario concentrar el caudal en un punto de cada área", señaló el regidor municipal. Lo que significa que tanto en Outariz como en A Chavasqueira solo habría caudal para mantener operativo un vaso o poza. En el caso de As Burgas, la normativa "nos exige los mismos requisitos que para una piscina olímpica", lo que conlleva una adaptación que, en el mejor de los casos, estaría lista para Navidad.
Por lo que respecta al Muiño da Veiga, al tratarse de una zona de baño y no una zona termal propiamente dicha, sería preciso bombear el agua directamente del río Miño, posibilidad que queda a expensas de la correspondiente autorización de la Confederación Hidrográfica del Miño-Sil. A ello se tardaría unos 24 meses en adaptar esta área a usos termales, según afirmó el alcalde de la ciudad. |