"¿Hubiera sido mejor no haber hecho ninguna aproximación familiar?, pues sí, eso es cierto". Lo afirmó este domingo el presidente de la Xunta de Galicia en declaraciones este domingo a Radio Galicia de Cadena Ser, tras explicar que las visitas a familiares durante la Navidad estaban permitidas en todo el Estado. Sin embargo, Núñez Feijóo no avanzó nada en relación a un endurecimiento de las medidas dispuestas por el Comité Clínico el pasado viernes de cara a la próxima reunión del martes, lo que no descarta el titular de Sanidade.
En concreto se especula ya con que el Comité Clínico pudiera proponer la aplicación del llamado modelo de O Carballiño (sin descartar hacerlo con alguna variante) en aquellos municipios más afectados por la pandemia, entre los que ahora mismo estarían las capitales de A Coruña y Ourense y las ciudades de Santiago de Compostela y Vigo. Eso supondría estudiar, cuando menos, un cierre generalizado de la hostelería y otras actividades que no se consideren esenciales. Curiosamente a ello aludió, también este domingo, el conselleiro de Sanidade, Julio García Comesaña, en sus dominicales declaraciones a la Radio Galega. El conselleiro habló de un ascenso del contagio "preocupante", si bien "no exponencial", y el titular de la Xunta señaló que, "aún estando preocupados, la situación hospitalaria en planta y en UCI es la mejor de España".
Si las declaraciones de ambos no son exactamente coincidentes, también generan dudas las del propio Núñez Feijóo en sí mismas. Según el presidente de la Xunta de Galicia, el empeoramiento actual emana solo de las fechas de Navidad es decir, de los días 23, 24 y 25, "pero aún nos queda por evaluar lo que ocurre como consecuencia de los días 30, 31 de diciembre y 1 de enero, por lo tanto las cosas no van a mejorar en los primeros 20 días de enero, al contrario". Así que "la intensidad del empeoramiento es lo que tenemos que ver y valorar en los próximos días", añadió el titular del ejecutivo gallego.
La hostelería vuelve a estar en el objetivo de nuevas medidas
Frente al hecho constatado de que el contagio se ha vuelto a disparar tras las celebraciones navideñas y que la situación seguirá empeorando, ahora mismo no lo es menos que la aplicación de las medidas del viernes pasado ha sido de una inmediatez sin precedentes en Galicia. De modo que la restauración, sobre todo, se ha visto abocada a un fin de semana con la actividad restringida y con las neveras cargadas y los pedidos ya realizados. Y que el endurecimiento de las restricciones a la hostelería ha llegado después de admitir las autoridades sanitarias que la naturaleza del contagio proviene en su inmensa mayoría de las reuniones familiares, no de los bares, cafeterías y restaurantes.
Y a las discrepancias que acusan las mencionadas declaraciones del presidente de la Xunta y del titular de Sanidade realizadas el mismo día, hay que añadir la discriminación de las propias medidas dispuestas por la administración gallega, que sigue cargando sobre la hostelería el mayor peso de las restricciones pero permite concentraciones de personas en las superficies comerciales que rozan el hacinamiento en algunas franjas horarias, saturaciones en centros comerciales y absoluta permisividad a los supermercados, por ejemplo.
Tan claro como dice el titular de la Xunta que ha de estar que la situación sanitaria empeorará en, al menos, los próximos 20 días, resulta ya para el ciudadano que el tratamiento del problema a la hora de administrar medidas afecta siempre a los mismos. |
