La primera jornada de las nuevas medidas en varios puntos de la provincia ourensana, arrancó con la controversia generada por la intermovilidad entre los dos concellos privada de ella con todos los demás, las protestas de los profesionales de la hostelería ourensana en la Praza Maior y el tanteo de estos, los hosteleros, de hasta les puede repercutir la aplicación de, sobre todo, una medida, la imposibilidad de servir en el interior de sus locales y hacerlo, únicamente, en las terrazas.

El primero de los casos resultó ser el más desconcertante a tenor de lo que aparecía publicado en el DOG con relación a la orden de 7 de octubre: la posibilidad de movimientos entre vecinos de Ourense y Barbadás por delimitarse ambos concellos "de forma conjunta", se indicaba. Si de lo establecido en dicha Orden podía concluirse que, siendo ambos un todo a efectos de movilidad debían ser entendidos como lo mismo, a lo largo de toda la jornada no consta la existencia de ninguna comunicación de la Administración autonómica aclarando suficientemente tal extremo. Al mediodía se remitía una comunicación que se limitaba a reproducir parte de dicha Orden, y en la que se destacaba (en amarillo) que el ámbito territorial había sido "delimitado de forma conjunta" (en rojo). Es decir, lo que ya sabía cualquiera que supiera leer.

Para entonces, ya el alcalde de la ciudad había informado en redes sociales de que "la movilidad entre ambos municipios no está restringida por el Covid-19". Y bromeaba señalando que el hecho de que ambos concellos "forman ahora un ámbito territorial conjunto" no hay que entenderlo como que la anexión se haya completado, "aún no está sobre la mesa". Bromas aparte, el regidor municipal hacía lo que las autoridades sanitarias no hicieron durante toda la jornada.