La Confederación Intersindical Galega denuncia más irregularidades que, según la central sindical, se producen en las obras de la Línea de Alta Velocidad Madrid-Galicia y, concretamente, en tramos y subtramos de la provincia de Ourense. La información, que aparece publicada también en Avantar, diario digital de este sindicato, llega a denunciar que algunos encargados de la obra del AVE son sobornados con regalos y cocaína.

La CIG sigue recogiendo testimonios de trabajadores y extrabajadores de la línea férrea, y el sindicato asegura que algunos de ellos llegan a ser "esclavizados" y "explotados" en esta obra pública en la provincia de Ourense. La segunda entrega de estas informaciones llega espoleada por la primera, y el sindicato asegura que, tras ella, más trabajadores se han decidido a denunciar situaciones incluso peores que las anteriores.

Es el caso que la CIG denomina "Filipinos esclavizados", sobre los que las empresas tienen disponibilidad las 24 horas del día por 1.300 euros, "todo incluido", señala. Entre ellos están 6 de los 7 operarios que más horas extras ilegales llevan acumuladas en estos trabajos: no menos de 1.000 cada uno, con jornadas de 13 horas de trabajo durante semanas seguidas, que han generado una deuda de 14.000 euros con la Seguridad Social cada uno de ellos. "Se aprovechan de su vulnerabilidad, de su poca capacidad de comunicación y para defenderse, y conocen el precio de protestar: la repatriación. Así se cierra el círculo de la esclavitud", asegura el sindicato.

En lo partes de trabajo hay "Morito 1, Morito 2..." Los encargados son los que decidan quien trabaja, cómo y cuándo. Así que como los sábados y domingos se cobra un poco más, "muchos operarios llegaron a llevarles regalos, sobre todo cocaína, para que los llamaran a trabajar. Otros nos negamos y no nos llamaban tanto", explica el testimonio de un trabajador que recoge la CIG. El sindicato asegura que "la droga y el alcohol fueron un elemento constante, dentro y fuera de la obra". La información asegura que "las fiestas donde corría el alcohol y la coca eran de conocimiento de todos". Ninguna empresa ni administración hizo nada y, señala la CIG, "no es de extrañar que, con estos antecedentes, se tengan producido accidentes brutales, muchos con consecuencias mortales". Muchos de ellos, según el sindicato, ocurrieron durante la realización de horas extra después de jornadas "interminables". Y esto sin contar los que se produjeron in itinere y que nunca se reconocieron como accidentes laborales.