Tres partidas se llevan el 87,2% del gasto de los concellos de esta provincia, si bien con una sustancial diferencia de dos de ellas con respecto a la tercera. En lo que más gastaron en 2019 los concellos fue en Gasto Corriente y Servicios: 113,5 millones de euros, un 40,2%. No obstante, sigue siendo el capítulo 2 del Gasto municipal, una especie de cajón ambiguo en el que igual caben churras que merinas. No es lo mismo sino muy distinto, porque no es lo mismo Gasto Corriente (lo que un concello se gasta en sí mismo —luz, agua, material de oficina, teléfono y por el estilo— que Servicios que se dispensan al ciudadano (Servizo de Axuda no Fogar, por ejemplo). En cambio se mete todo en el mismo cajón, de modo que no aparece suficientemente claro cuánto de este gasto habría que imputarlo a los propios concellos y cuánto redunda en servicios al ciudadano propiamente dichos.

El segundo bloque de gasto municipal son los 102,5 millones de euros que los 92 concellos presupuestan para pagar nóminas a trabajadores y políticos. En esto se gastan 36 euros con 40 céntimos de cada 100 que administran. Con absoluta seguridad si a éstos se añadiera el Gasto Corriente que se mete en el cajón de los Servicios al ciudadano, en lo que más gastarían los concellos sería en sí mismos. Que es lo que realmente ocurre.

Por contra, para "Inversiones Reales" (lo que los concellos destinan a obra e infraestructura) solo se dedicaron 29,9 millones de euros en 2019, que son 10 euros con 60 céntimos de cada 100 que gastaron. Y eso que 2019 fue año electoral por partida triple y con Municipales en el mes de mayo.

Así las cosas, se mantiene invariable que en lo que más gasta la Administración local es en sí misma (nóminas de Personal y Gasto Corriente) y en servicios indispensables para el ciudadano cuya prestación les compete administrar, cuando menos, y para la que consignan aportaciones económicas otras administraciones.