El Obispo de la Diócesis de Ourense parece dispuesto a apuntarse a la transparencia y la Diócesis ha presentado este jueves sus cuentas desglosadas con inual exhaustividad. Monseñor Lemos Montanet alude a "El Camino de la Transparencia" y a un compromiso que, dice, "ha adquirido con la sociedad ourensana y con la Confederación Episcopal". El informe detalla tanto lo realizado como de dónde y cómo ha ingresado la Diócesis de Ourense y en qué y cuánto ha gastado.

De paso que la Iglesia aprovecha pedir que se marque su casilla en la declaración del IRPF llegado el momento, las cuentas dejan claro que esta es una de sus principales fuentes de ingreso. La elección de la correspondiente casilla en la declaración anual le supuso a la Diócesis en 2018 casi 3,8 millones de euros, un 41% de todo lo que ingresa. La mayor partida corresponde a las parroquias, el 48,6%, que se tradujo en 2018 en 4,5 millones de euros. La Memoria de la Diócesis refleja que en 2018 sus arcas ingresaron 9,2 millones de euros.

La mayor parte de ese ingreso se destinó a pastoral y servicios religiosos, 3,4 millones de euros. La Diócesis pagó a sus sacerdotes y empleados nóminas por 1,6 millones de euros, Seguridad Social y otros derechos laborales incluidos. A Actividades Caritativas se destinaron casi 2 millones de euros, y 867.957 a obras y trabajos de conservación en templos y casas parroquiales. Considerable resulta el coste de las operaciones crediticias de la Diócesis ourensana: devengaron de sus arcas 1,3 millones de euros. Lo que supone pagar poco menos en préstamos como en nóminas al personal de la Diócesis.