Uno de los mayores espacios verdes de la capital ourensana sigue olvidado por el Concello e ignorado por los ourensanos
 
 
Está en la desembocadura del río Loña en el Miño y, pese a los escasos cuidados que se le dispensan, aún es un lugar transitable y accesible. Todos los gobiernos que se han ido sucediendo en el Concello lo cuidaron solo lo suficiente para que su estado no llegara a ser escandaloso. Pero nunca fue un parque
 
 
 
5 de Noviembre de 2019: OURENSE DIXITAL

Difícilmente en su caso puede hablarse de un parque, pero sin ninguna duda es una zona verde o un espacio verde. Y es, además, uno de los mayores de la ciudad. Si se toma en consideración lo que hay de uno y otro lado del río, es el mayor espacio verde de la capital ourensana. Y lleva años y todos los mandatos de los gobiernos municipales que se fueron sucediendo en el Concello de Ourense desde que se creó, abandonado, ignorado y sin un adecuado aprovechamiento. En realidad para la gran mayoría de los ourensanos es un completo desconocido.

Se encuentra en la desembocadura del río Loña en el Miño, desde A Ponte Loña o Ponte Lonia y delimitado por su margen izquierda por la Avenida de Castelao y la Pablo Iglesias. Desde que se creó su estructura permanece invariable, atravesado de este a oeste por una paseo central y, en su tramo más próximo a la desembocadura del río, estructurado en 5 repisas y otros tantos miradores a los que se accede por unas escaleras que los recorren de arriba a abajo, y que difícilmente el Concello consigue mantener mínimamente decentes. De hecho, a día de hoy las dos más próximas al río están plagadas de vegetación.

Su estado actual se comenta por si solo. Pero no es mejor ni peor que el que ha tenido todos estos años. Ningún gobierno municipal ha querido despertar al monstruo que debe ser asumir el aprovechamiento de este espacio verde como es debido. Así que, unos tras otros, lo han dejado dormir en el olvido, relegado a los mínimos cuidados para evitar una situación de abandono escandalosa o cualquier incidente o suceso que lo sacara a la palestra. En definitiva, hacer lo justo para no tener que hacer más que lo imprescindible. Lo mejor del asunto es que, aún como está a día de hoy, ofrece al ourensano un paseo por un lugar de la ciudad tan insólito como único.

 
 
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