El Cemiterio de Cadavil en Os Peares acoge desde este pasado fin de semana las cenizas del insigne ourensano Rodolfo Prado y los de su esposa, Manuela Fraga, tras un acto cívico-religioso que organizó la Deputación de Ourense para dar cumplimiento a la última voluntad del fallecido: "Descansar na paz de Deus na terra na que nacín, cando Galiza recupere a democracia, arrebatada pola forza da barbarie, e acade o autogoberno do que é merecente como pobo con identidade propia", según los expresó el propio Rodolfo Prada.

Al acto asistió la nieta del intelectual, María Elena Prada Alliende, que viajó expresamente desde Santiago de Chile para representar a la familia, así como el escritor y biógrafo de Rodolfo Prada, entre otras autoridades entre las que también se encontraba el titular de la Deputación ourensana, Manuel Baltar. El propio Baltar, en representación de esta institución provincial, ha venido trabajando desde 2016 en rescatar tanto la obra como el pensamiento de Rodolfo Prada, y afirmó en el transcurso del acto que "o soterramento dos restos de Rodolfo Prada na terra na que naceu é un exercicio de memoria histórica, un acto de xustiza e de reparación que chega, trinta e nove anos despois do seu pasamento, para perdurar, para ser un facho de luz que nos guie e ilumine".