¿Será Maceda el germen de un nuevo cisma socialista que los disgregue todavía más de lo que están por los 92 concellos de esta provincia? El pasado político de Ourense indica que siempre hemos sido territorio proclive a este tipo de sucesos. Los Centristas de Galicia fueron primero Centristas de Ourense y nacieron en las dos aceras de la Avda. de La Habana donde se ubicó su sede y el Restaurante Río, que tanto se les encontraba en un lugar como en el otro. Ya en AP, en su día Mª del Carmen Lovelle y Jaime Tejada montaron un belén que igual incendió la sede de Progreso que alumbró odios eternos en lugares como Verín. A lo que quedaba del Partido Galeguista lo enterraron tres en Ourense difuminándolo para siempre en las mutaciones de Victorino Núñez. Y cuando llegó Compromiso por Galicia germinó en la maceta de Coalición Galega, en los locales que todavía le quedaban a los de la piña de Franqueira en, de nuevo, la Avda. de La Habana.

¿Qué no podría pasarle ahora al PSOE ? Ourense para tales casos es sitio distinto, donde los barrenistas de antaño como José Luis Baltar y Pepe Cuíña tejían una rebelión con sólo el atisbo de un vago proyecto enxebre y una asonada de cargos electos. ¿Y si Maceda fuera sólo la lanzadera? ¿Cuantos casos más puede llegar a haber? ¿Qué pasará si el PSOE da el paso de expulsar al alcalde de Castrelo do Val, por ejemplo? ¿Cómo se puede gestionar todo esto, sólo con la disciplina de partido?

Estaba tan claro que llevar al PSOE a Xabier Oviedo incendiaría Maceda, como que lograr la paz no será posible hasta que Ana María Rodríguez se rinda. Y eso es tan difícil como improbable. Y es personal, no algo de siglas y partidos. Pues en esa misma Maceda, hace 20 años el PP hizo alcalde a un tal Julio Aldemira, el único concelleiro electo del PSOE, con una moción de censura a Bieito Seara, alcalde del BNG. Y hasta fueron felices y comieron perdices... En política se dice que todo es posible. O no, que también podría ocurrir en casos como éste.