Cuando a finales del mes de abril de este año Gonzalo Alonso enumeraba una serie de deficiencias en el borrador presupuestario de 2018 elaborado por Jesús Vázquez, el Interventor municipal aludía también a que en 5 casos las previsiones de gasto presupuestadas no se correspondían con la realidad. Y entre ellas estaba la partida de gasto calculado por el regidor municipal para abastecimiento y tratamiento de agua.

El Interventor advertía de que no se tenían en cuenta en los Presupuestos los costes de explotación de la nueva EDAR de Reza, que Acuaes cifraba en 2,8 millones de euros y Viaqua en 2,7. Ni que aquel borrador de presupuestos tuviera en cuenta la reclamación que ya entonces al Interventor le constaba que había hecho Acuaes, la relativa a la parte que al Concello le tocaba en la construcción de la nueva Estación Depuradora de Reza. Entonces, el informe indicaba que el Concello presupuestaba 112.000 euros, mientras que Acuaes reclamaba 664.000.

Teniendo en cuenta que los reparos del Interventor son como profecías que se están cumpliendo, no hay que descartar que otros episodios por el estilo estén en camino. También entonces el borrador presupuestario hacía una previsión de gasto en transporte urbano de 6,9 millones de euros, pero el Interventor recordaba a Vázquez Abad la sentencia de septiembre de 2017 que obliga al Concello a indemnizar a la adjudicataria el 6% de las cuantías previstas desde el 11 de mayo de 2015 hasta ahora, lo que supondría unos 830.000 euros. A ello había que añadir los 1,9 millones de euros de 2017 que el Concello no había pagado.

Entonces, abril de 2017, el descuadre de las cuentas que echaba el regidor municipal con la realidad de las mismas, eran en materia de transporte urbano de algo más de 2,8 millones de euros. ¿Se habrá solventado la situación o, por el contrario, incluso habrá empeorado?