77 concellos disponen a 15 de octubre de presupuestos de 2018. Una situación que se mantiene invariable desde el 10 de septiembre pasado, cuando aparecía publicado en el BOP el Presupuesto del Concello de Gomesende. Desde entonces, ningún otro se ha publicado y la situación continúa invariable en el caso de los 15 concellos de los 92 de esta provincia que, a día de hoy, siguen sin disponer de presupuestos debidamente actualizados.

En este caso se encuentra el de la capital, que desde el pasado 1 de agosto se ha convertido en el concello de esta provincia con presupuesto más obsoleto, después de que entrara en vigor el de 2018 del Concello de Melón. En Ourense sigue prorrogado el de 2014, y en todo lo que va transcurrido de mandato, Jesús Vázquez, alcalde, no ha sido capaz de aprobar un presupuesto. Un día antes de que el BOP publicara el Presupuesto de Melón hizo lo propio el de Celanova, que hasta ahora había venido funcionando con el de 2012, con lo que el de Ourense-capital ha pasado a ser el más obsoleto.

En vísperas de elecciones municipales (26 de mayo próximo), la mayoría de los concellos de la provincia han experimentado en 2018 una leve aceleración a la hora de actualizar sus presupuestos. De hecho, los 77 de ahora son más que los del año pasado, 2017, y aún serían 80 si 3 que los aprobaron inicialmente hace ya meses hubieran resuelto los impedimentos que les impiden convertirlos en definitivos y de aplicación. Es probable que buena parte de esos 77 afronte los comicios del 26 de mayo con estos presupuestos. Tan probable como que alguno de esos concellos sin presupuestos debidamente actualizados acabe el mandato sin hacerlo e, incluso, sin haber aprobado siquiera uno de los cuatro que debiera haber aprobado.

Magnitudes económicas similares a las de años anteriores

Los presupuestos de 2018 en el conjunto de los 77 concellos que disponen de ellos, no suponen grandes novedades con respecto a los anteriores en los 6 principales capítulos, 3 de gasto y otros tantos de ingreso. La situación podría resumirse así: no se reduce, al contrario, el gasto en Personal ni la presión fiscal sobre el contribuyente; ni se nota la proximidad de los comicios locales de 2019 en el capítulo de Inversión.

No existe un comportamiento homogéneo en tal capítulo ni que éste sea al alza, como cabría suponer con las elecciones locales de 2019 a sólo meses y, en no pocos casos, con los de 2018 como los presupuestos con los que muchos concellos agotarán el presente mandato. En cambio, si bien es cierto que hay concellos que prevén invertir más en obra e infraestructura, no son menos los que, incluso, lo reducen.

Es posible que en tal situación influyan dos hechos: uno, que el gasto en nóminas a pagar aumenta en la inmensa mayoría de los concellos tanto como no se logra reducir sustancialmente la de servicios que han de prestarse al gobernado; y dos, que las transferencias corrientes provenientes de otras administraciones, aunque poco, siempre se reducen, lo mismo que, un año tras otro, los vecinos pagan más en tasas e impuestos. Dicho de otro modo: que nadie se arriesga a sacar más a costa de aquellos que, llegado el momento, serán los que decidan en las urnas.