Los bomberos de Ourense trasladaron al Pleno de octubre del Concello celebrado este viernes, su malestar por lo exigua que resulta la plantilla y las nulas soluciones reales dadas por el Gobierno municipal a dichas carencias. Lo que se traduce en la cobertura de servicios por debajo de los mínimos de personal establecido por el propio Concello para el Cuerpo de Bomberos, y tener que supeditar continuamente derechos que le corresponden a los trabajadores a necesidades del servicio.

De las carencias de personal hablan por sí solos cuatro cifras: 72 bomberos en el año 2000 por 52 a día de hoy, en 2018. De ahí que el representante del colectivo, Alfonso Iglesias, se preguntara cómo el número de concelleiros sigue siendo el mismo, 27, pero el de bomberos ha mermado casi un 28%. Y no por ello los servicios a prestar a la ciudad han dejado de ser los mismos sino más, ni los impuestos que paga el ciudadano se han reducido tanto como la plantilla de los bomberos.

A la hora de resolver el problema, el Gobierno municipal ni ha actuado con diligencia ni con nobleza: en medio de un proceso que parecía de negociación, el Gobierno de Vázquez Abad anunció primero y trata de imponer ahora, la contratación de 11 interinos para cubrir otros tantos puestos de bomberos. La plantilla dice que esa no es la solución, sino las convocatorias de las correspondientes OPEs, ofertas públicas de empleo, y la cobertura de las plazas como es debido. La plantilla no está dispuesta a ceder a la imposición del propio Jesús Vázquez, al que le recuerdan que la práctica totalidad de sus representantes sindicales no asumirán la medida en la correspondiente Mesa de Negociación ni la imposición del regidor municipal.

La plantilla pregunta también por el dinero de la UNEXPA, la aseguradora. A razón de unos 300.000 euros por año, contabilizan 1,3 millones de euros de los que aseguran no saber nada.