El control sobre el botellón ordenado por el Concello sólo consigue cambiar a los jóvenes de lugar
 
 
Ahora los vecinos de San Francisco dicen que, si es "nocivo" como dijo ser Jesús Vázquez, por qué les ha de tocar a ellos
 
   
 
(ARCHIVO)
2 de Octubre de 2018: OURENSE DIXITAL

El control que el Gobierno municipal ordenó llevar a cabo a la Policía Local de sobre el botellón los últimos dos fines de semana, ha consolidado la noche del sábado al domingo pasado el desplazamiento del mismo a otros puntos de la ciudad. Así como también la disgregación de este fenómeno social en varios botellones que se han desplazado a, sobre todo, el extremo este de la ciudad, concretamente a los barrios de San Francisco y Canal. Lo que ahora ha conseguido el Concello con dicha vigilancia no ha sido erradicar el botellón, sino cambiarlo de zonas.

Con la vigilancia del Casco Histórico a partir de la Praza do Trigo, el botellón se ha ido a plazas como la de la Estrella, la de las Zapatillas, otros recantos del barrio de San Francisco e, incluso, a la zona ubicada en la parte superior del recinto de San Francisco, en la calle Canal por la que se sube al Montealegre. El desplazamiento ya ha generado las primeras protestas de vecinos del barrio de San Francisco, que se creen perjudicados por la instrucción del alcalde de la ciudad a la Policía Local.

Sí se ha conseguido mitigar el impacto del botellón en la zona del Casco Vello de la ciudad con vigilancias permanentes de la Policía Local sobre el botellón. Pero ya ha surgido la contestación vecinal porque, lejos de erradicar lo que el propio Jesús Vázquez calificó de "nocivo" para la ciudad, lo que se ha conseguido ha sido "cambiarlo de sitio", sostienen vecinos de San Francisco que se consideran perjudicados por la medida.

 
 
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