No sería de extrañar que la deuda de la Confederación Hidrográfica del Miño-Sil y Limia desapareciera en 2018. De no ser así, sería prácticamente inexistente. Tal cabe concluir del hecho de que, al cierre de 2017, la deuda del organismo de cuenca ha bajado a los 5,5 millones de euros de los 60 que tenía en 2012, a la llegada del actual presidente de la CHM-S, Francisco Marín.

Así lo dio a conocer el propio Marín a la Junta de Gobierno celebrada a finales de la semana pasada, en la que el presidente de este organismo afirmó que "el cambio sustancial en la gestión nos asegura la viabilidad financiera con una programación de actuaciones ajustada a la situación real de la cuenca". Desde su llegada al organismo relevando en el cargo a Fernández Liñares, encartado luego en la Operación Pokemon, la deuda de la Confederación Hidrográfica de las cuencas del Miño, Sil y Limia se ha rebajado en un 91%.

De este modo, el presidente del organismo señaló que, "por primera vez, la deuda viva de la CHMS es inferior a los retornos comunitarios pendientes de recibir, pues la cuantía pendiente de ingreso  es de 15,3 M€, por lo que,  una vez amortizada la totalidad de la deuda, todavía habrá un remanente de 9,8 M€, por lo que podemos decir que la CHMS goza, a día de hoy, de buena salud financiera", afirmó Francisco Marín.