Los concellos de Ourense mantienen en 2018 la tónica del pasado año a la hora de actualizar presupuestos: lo hacen con demasiado retraso y, en su gran mayoría, están fuera de lo que la Ley dispone al respecto. En 2018 incluso van por detrás de 2017 en cuanto a número de los que por entonces ya disponían de presupuestos actualizados. Y 8 de los 92 no sólo no tienen presupuesto en vigor, sino que siguen funcionando con los de 2016 e, incluso, de años muy anteriores.

A esta fecha, hay tantos concellos con Presupuestos de 2018 como de 2017, 42. Pero como se ha dicho, 8 siguen prorrogando los de años anteriores: 3 con los de 2016, el de Castro Caldelas con el de 2015; los de la capital ourensana y Melón con los de 2014; Celanova con el de 2012 y A Pobra de Trives con el de 2010. El pasado 26 de marzo el Concello de Maside salió del grupo de los hasta entonces 4 concellos que seguían operando con los presupuestos de 2016. Y pronto debería ocurrir lo mismo con el de Xunqueira de Espadanedo, que dispone ya de Presupuesto de 2018 aprobado inicialmente y a la espera de aprobación definitiva.

Teniendo en cuenta que a esta fecha hay 14 concellos en esta misma situación (con Presupuestos de 2018 elaborados y aprobados inicialmente), es previsible que la situación presupuestaria de la provincia mejore considerablemente. Pero esto no quiere decir que lo haya hecho hasta ahora y, sobre todo, que ni siquiera una parte significativa del total de 92 concellos de la provincia de Ourense contemple lo establecido al respecto por la propia Ley de la Administración Local. Y ni preocupa a los munícipes de dichos concellos ni a los estamentos que deberían estar llamados a vigilar esta situación y lo que de ella se deriva.

Sólo 10,1 millones de euros en inversión municipal en obra e infraestructura

Baste tener en cuenta que la situación económica que arrojan los 42 concellos con presupuestos de 2018 y los 50 que los tienes prorrogados, totaliza un volumen de dinero de 274,3 millones de euros. Pero el volumen de Inversión real (obra e infraestructura de índole municipal) baja casi a una tercera parte: 10,1 millones en vez de 26,9 teóricos. Lo que ocurre porque con presupuestos prorrogados nunca puede haber Inversión municipal, aunque los concellos dispongan con el comodín que les supone gestionar dicha partida para otros cometidos. Prorrogar presupuestos tiene también sus ventajas, aunque nunca para el ciudadano.