La Xunta de Portavoces del Concello de Ourense celebrada este jueves sirvió para poco más que para constatar las reticencias del alcalde de la ciudad, Jesús Vázquez, a tomar parte en la manifestación que la Plataforma PROCAD ha convocado para el próximo día 2 de febrero. Vázquez Abad dijo públicamente no ser partidario de este tipo de acciones que "non favorece o diálogo", señaló el alcalde de la ciudad. Ya que, añadió, "pode dar pé a certas cuestións" y "moitas veces enfrían o diálogo".

El alcalde de Ourense se mostró sensible por el hecho de que ciertos comportamientos de los integrantes de la Plataforma PROCAP así como la movilización en cuestión, disgustan al conselleiro de Política Social, Rey Varela. "Así mo trasladou o conselleiro", dijó Jesús Vázquez. En tal punto, el alcalde de la ciudad descartó apoyar y participar en dicha movilización del día 2 de febrero.

Los tres grupos oposición coincidieron a la conclusión de la Xunta de Portavoces en cuestionar la postura del regidor municipal, así como en rebatir el intento del Partido Popular de acusar de "politización" dicha convocatoria. "As familias o único que piden é un centro que se axuste ás necesidades, un centro público e xestión pública de dito centro", dijo la portavoz de Democracia Ourensana, Laura Novoa. Ya portavoz de Democracia Ourensana explicó el posible hecho de que el conselleiro pueda estar dolido: "porque pretendía facer un centro que non ten nada que ver co que pedían eles", refiriéndose a los padres de los afectados.

En el mismo sentido se expresó el portavoz de Ourense en Común, que rechazó que la movilización pueda estar politizada. Si bien Martiñó Vázquez precisó al respecto que "a cuestión non está politizada, pero é un asunto que tamén debe debatirse no ámbito político". Según el portavoz de Ourense en Común, "é un problema de un servicio público, de un dereito público e unha situación que en calquera momento lle pode acontecer a calquera de nós". La Xunta de Portavoces de este jueves relativa al Centro PROCAP que Ourense demanda a la Xunta de Galicia, no sirvió más que para constatar la ausencia de sintonía entre Gobierno y oposición en el Concello de Ourense, y apenas traspasó aspectos relativos a formas sin comprometer nada en lo concerniente al fondo del asunto.