El informe de Cáritas 2015 coloca a la vivienda en Ourense como uno de los mayores problemas y a la Xunta ajena al mismo
 
 
La RISGA (399 euros/mes) es "incongruente" porque no permite el uso compartido de la vivienda, pese a responder a la pobreza
 
 
 
 
 
 
25 de MAYO de 2016: OURENSE DIXITAL

11.138 personas recurrieron en Ourense en 2015 a Cáritas Diocesana en demanda de algún tipo de ayuda, según refleja su memoria de actuaciones a lo largo del pasado año presentada este miércoles. Pero finalmente, según indica Cáritas, han sido 27.234 las personas que ha sido preciso atender en esta provincia durante el pasado año. Con todo, resulta positivo, según señala Cáritas Diocesana, que por tercer año consecutivo se estabilicen las demandas contabilizadas.

Cáritas invirtió en 2015 en ayudas de emergencia social, acogida y asistencia a necesitados, así como en su comedor social, 613.347 euros. La segunda cantidad más importante después de la que hubo de consignarse a atención especializada, mujeres, menores, el pueblo gitano, reclusos y otros colectivos, que sumó 751.374 euros. A formación y empleo se destinaron 263.304 euros, mientras que el voluntario dispuso de 25.792 euros y los gastos de funcionamiento y sostener los propios centros y programas llevados a cabo, supusieron 90.071 euros.

A la hora de concretar el tipo de personas atendidas, Cáritas establece dos perfiles, preferentemente: el de las personas sin hogar o con un hogar en riesgo aunque no sin techo; y las familias monoparentales. En el primero de los casos, entre los sin hogar o con el suyo en riesgo, "inseguro", el 21% de las atenciones se dispensaron a hombres adultos, en soledad, de entre 55 y 65 años y mujeres de más de 35 años y con menores a cargo (un 14% de los casos). El perfil apunta a que residen en viviendas compartidas con un gasto medio mensual de 170 euros. Y Cáritas precisa que en tales casos "soportan la incongruencia de la legislación del RISGA (la Renta Básica de Inclusión Social de Galicia, de 399 euros/mes de prestación) que no permite el uso compartido de vivienda, pese a que el uso compartido de una vivienda responde a la pobreza y a la privación material", señala Cáritas.

Con respecto a las familias monoparentales, el informe describe un perfil de mujeres de entre 20 y 45 años, con cargas familiares (entre 1 y 2 hijos en su mayoría) y con una media de ingresos de 550 euros provenientes del RISGA. Adolecen de "red sociofamiliar de apoyo" y residen, por lo general, en una vivienda del mercado "normalizado", por lo que entre un 50 y un 60% de esos 550 euros se les va en el alquiler de la provincia. En la práctica totalidad de los casos, todos tienen "escasas oportunidades de incorporación al mercado laboral", en el caso de los hombres su vida laboral está ligada a los sectores de la construcción y la hostelería, mientras que la de las mujeres es "abrumadoramente precaria, sin cotización, sin regulación, destinada al servicio doméstico y hostelería".

 
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• La vivienda es fuente principal de problemas. Algo que el Gobierno gallego no corrige sino al contrario: la RISGA no permite el uso compartido de vivienda, pese a que responde a la pobreza y a la privación material", señala Cáritas
 
     
 
 
     
 
 
 
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