En una misma jornada, socialistas y nacionalistas han anunciado, los primeros, y materializado los segundos, las dimisiones de sus dos imputados en la Operación Pokemon dando claras muestras de las diferencias que existen en el funcionamiento de ambos partidos. Si bien en el caso de los socialistas habría que matizar que más que del PSOE estaríamos hablando de Francisco Rodríguez y sus núcleos duro y blando en el Concello de Ourense.

El BNG ha seguido escupulosa y respetuosamente su propia hoja de ruta. Desde el momento en que anunció que de resultar imputado el concelleiro Fernando Varela hasta que propio Varela comunicó públicamente su dimisión, todo, hasta la suposición que el partido hizo de que él propio Varela sería el primero en tomar la decisión de dimitir, se hizo según lo previsto. Incluidas las comparecencias ante los medios de comunicación para hacer públicas las decisiones del partido y del ya ex concelleiro.
Los nacionalistas se han mostrado unidos en torno al compañero y el BNG se fotalece en sus desgracias.

Por contra, los de Rodríguez, con el alcalde al frente, han obrado con excesiva improvisación, se han contradecido en varias ocasiones y acabaron por transmitir una sensación de que todo podía pasar en cualquier momento aunque difícilmente se sabría lo qué y cuándo.
El colofón de este modus operandi fue la propia comunicación del alcalde de su dimisión, concluida la semanal reunión de la Xunta de Goberno Local de este jueves. Nadie sabía siquiera si Rodríguez comparecería ante los medios de comunicación y si habría declaraciones. Y entonces hizo lo que ahora ya sabemos que no le ha quedado más remedio que hacer.

La crisis municipal abierta en el Concello de Ourense con la detención el pasado jueves, 20, del alcalde de la ciudad, deja, sobre todo, a los de Rodríguez políticamente muy dañados. El Grupo no es tal grupo, por mucho que ahora se reunifiquen. Por mucho que Rodríguez insista en que él no se aferra a ningún cargo, visto lo de Varela lo suyo no sirve. Rodríguez se lleva del Concello de Ourense sus cuentas pendientes con la justicia, pero políticamente el Grupo Socialista ha quedado muy dañado.
Todo lo contrario a lo que ha ocurrido con el BNG.
Las cosas se pueden hacer de dos maneras: bien o mal.