Va siendo hora de definir qué modelo de ciudad queremos, hacia donde queremos ir sin dar más palos de ciego”, asegura la Junta Directiva del Centro Comercial Aberto, Ourense Centro, tras conocerse una serie de datos y noticias que, sostienen, no conducen ni a clarificar el incierto panorama del comercio ourensano ni, siquiera, a concederle la más mínima expectativa.
Así, recuerdan, si en lo que va de año ya han echado el cierre medio centenar de comercios del centro y el Casco Histórico, “las previsiones a corto plazo son igual de pesimistas”.

La cúpula del CCA Ourense Centro repasa algunos indicadores pesimistas para la ciudad y provincia, que ni invierten tendencias de los últimos años, ni son paliados con esfuerzos de políticos y administraciones, ni tampoco contribuyen a reducir la brecha entre la Galicia costera y la de interior sino al contrario.
Uno de ellos es el 6,8% de licitación de obra pública que recibió Ourense de todo lo invertido en Galicia durante los meses de enero y febrero de este año. Lo que lleva a los comerciantes a hablar de que Ourense sigue siendo “la gran abandonada” y los ciudadanos “los más castigados”.

En tal situación, el CCA Ourense Centro cree que “ya es hora de que todos los ourensanos nos opongamos al sostenimiento de esta diferencia abismal”, que, recuerda, también pone en peligro la supervivencia de las pequeñas y medianas empresas de la provincia.
En un mensaje dirigido a los responsables en las administraciones, afirma que “ya es hora de ponerse a trabajar para mejorar la posición de esta provincia, y no de seguir machacando a los trabajadores sirviendo a los intereses de las grandes marcas”.
Tampoco se excluye a la Xunta de Galicia de las críticas del CCA Ourense Centro, que se pregunta “dónde está la discriminación positiva hacia la Galicia interior en los Presupuestos de 2011”, al tiempo que recuerda que Ourense recibe un 11% y 152 euros por habitante, “la menor para ser la tercera ciudad de Galicia en cuanto a población”.

El posicionamiento concluye haciendo alusión a la venida a Ourense de nuevas grandes superficies comerciales, respecto a lo que dice que, “si toda inversión económica es deseable por la creación directa de empleo que puede acarrear, también puede suponer un impacto negativo que debería corregirse de la mano de las administraciones públicas”.
Para concluir que, “sin cautela, la apertura de estos nuevos espacios comerciales afectará al comercio urbano existente, ya muy debilitado debido al retraimiento en el consumo a causa de la crisis económica actual”.