La nueva Ordenanza de Tráfico que el Concello de Ourense tiene ya preparada y que recibió el visto bueno inicial de la Xunta de Goberno Local del Concello de este jueves, apuesta por una movilidad más sostenible y por dar prioridad a peatones y bicicletas frente a los vehículos privados. Ello en una ciudad que se caracteriza por encontrarse “na parte alta do escalafón estatal de vehículos por habitante”, señala el departamento del concelleiro Fernando Varela, del que partió la redacción de esta nueva ordenanza que sustituirá a la actualmente vigente, de 1991.

En consecuencia, entre las principales novedades están las medidas de fomento del uso de la bicicleta, la creación de 150 nuevas plantas de aparcamiento gratuito, un régimen de circulación específico para el Casco Velo de la ciudad, y la definición de la primera Zona A-30 de Ourense que se ubicará en el núcleo de Seixalbo.

Peatones y bicicletas van primero

Los peatones y bicicletas tendrán más derechos en la capital ourensana. Más de los que tienen hasta ahora y más, sobre todo, que los vehículos de uso privado. En realidad se trata de romper la primacía que estos han tenido siempre en la gran mayoría de las calles de la capital ourensana.
La nueva Ordenanza incluye una clasificación exhaustiva de los viales urbanos de la ciudad, de los que 85 serán de carácter peatonal o de circulación restringida. Se incluye un anexo específico para el Casco Vello o Histórico de la ciudad, “que se trata dun xeito diferenciado coa finalidade de contribuir á súa protección”, señala el concelleiro responsable de Tráfico del Concello de Ourense, Fernando Varela.
Así, a la zona monumental sólo se podrán acceder vehículos privados de residentes y comerciantes que dispongan de autorización expedida por el Concello, que no podrán rebasar nunca la velocidad de 20 km./h
Sí se podá acceder a este espacio en bicicleta.

Y es que el uso de la bicicleta pasa a contar con título específico en la nueva Ordenanza Reguladora del Tráfico de la capital ourensana, creándose, entre otras disposiciones, las que llaman “sendas ciclables” o de uso exclusivo para peatones y bicicletas.
Estas se ubicarán en las riberas del Miño, por donde los ciclistas podrán disfrutar de circulación sin ser molestados por los vehículos, aunque la Ordenanza establece que también para ellos los peatones tienen siempre la preferencia.
El Concello contempla la posibilidad de crear un registro municipal de bicicletas de inscripción voluntaria, que tendría la finalidad de prevenir robos y ayudar en su localización si el propietario las perdiera.

Se podrá estacionar en las zonas reservadas a carga y descarga

Otra de las principales novedades de la Ordenanza es que ahora se autoriza expresamente el estacionamiento en lugares reservados a carga y descarga siempre que no se esté en días y horas reservados a tales funciones. En la anterior Ordenanza este tipo de estacionamiento se consideraba “falta leve”, mientras que a partir de ahora está totalmente autorizado.

Por lo tanto, podrá estacionarse en las zonas reservadas a carga y descarga existentes en la ciudad desde la una y media a las tres y media de la tarde, y a partir de las seis y media de la tarde hasta las siete de la mañana del día siguiente.
La puesta en marcha de esta medida supondrá, según los cálculos de la Concellería de Tráfico, la creación de 150 nuevas plazas de estacionamiento autorizado en la ciudad, que tendrán carácter totalmente gratuito.

Sometida a consideración y consulta de varios colectivos

Las previsiones son poder llevar al pleno de junio del Concello de Orense a celebrar el primer viernes del mes que viene, día 4, esta cuestión para su aprobación. Para ello precisa la aprobación previa de la correspondiente Comisión, tras la que le dio este jueves la Xunta de Goberno Local.
Una vez que el pleno le de su aprobación, la Ordenanza se someterá a información pública durante 30 días, y, una vez que se resuelvan las alegaciones y reclamaciones que se pudieran presentar, se volverá a llevar a pleno para su aprobación definitiva.

La elaboración de esta ordenanza comenzó a finales de 2008 con la elaboración de un anteproyecto que se presentó a los grupos políticos y a lo sectores directamente afectados, como las asociaciones de transportistas, de artesanos, autoescuelas, taxis, ecologistas y la Confederación Empresarial de Ourense. Según el departamento de Fernando Varela, muchas de las sugerencias que por estos colectivos se hicieron se incorporaron a la nueva Ordenanza.