El termalismo ourensano ha completado el peor invierno de su etapa de resurgimiento, y contabiliza tres meses consecutivos de anegamientos en los cuatro principales puntos de la margen derecha del río Miño a su paso por Ourense. El objetivo marcado por el departamento de Ana Garza de tener las instalaciones aptas para los días de Semana Santa, ni se ha visto alcanzado ni la meteorología ha concedido la más mínima posibilidad de lograrlo a la Concellería de Termalismo del Concello ourensano.
Sólo Outariz logra funcionar con cierta normalidad, concentrando la gran mayoría de los bañistas que han acudido a Ourense por estas fechas, mientras O Muiño da Veiga, A Chavasqueria e, incluso, O Tinteiro, continuaron este jueves fuera de servicio.
Las lluvias del viernes devolvieron las instalaciones a la apatía generalizada de visitantes durante los tres meses que van transcurridos de este 2010.

En la última década Ourense no recuerda un año tan nefasto para su potencial termal como este 2010. Si las riadas del invierno de 1999-2000 contabilizaron cotas en el Miño mucho mayores que cualquiera de las de este invierno, ni la situación se prolongó tanto en el tiempo ni dicho potencial termal era el que actualmente existe.
Con el invierno oficial ya rematado y consumidos los 15 primeros días de la primavera, buena parte del Ourense Termal continúa dañado por las aguas sino aún bajo ellas, y su potencial en entredicho a poco que, como está ocurriendo este 2010, el río reivindique el suelo inundable en el que se asienta buena parte de dicho potencial y reclamo turístico.

Numerosos agüistas llegaron a Ourense desconociendo la realidad de las pozas

Pese a la situación, las dudosas expectativas que la meteorología concedía a las intenciones adelantadas por Ana Garza y García Mata de tener operativa la mayoría de las pozas para Semana Santa, y el hecho de que los objetivos no iban a lograrse, desde la Concellería de Termalismo ha vuelto a ocultarse la situación real de las pozas de la ciudad para las fechas en cuestión.
El departamento de Termalismo, estrechamente vinculado y en perfecta sintonía con la tenencia de alcaldía y la Concellería de Infraestructura que dirige Andrés García Mata, adolece de un servicio de mínima y obligada información al visitante sobre el estado real de las pozas en cada momento.

El hecho de que el pasado Jueves Santo arribaran a Ourense numerosas personas para tomar las aguas, teniendo unas que recurrir a Outariz mientras otras abandonaron la ciudad contrariadas por la situación real de las pozas, evidencia esa falta de información sobre la situación real del Ourense Termal incluso en el resto de Galicia.
La situación es más grave si se tiene en cuenta que ni en la ciudad existen indicadores de ningún tipo sobre dicha situación, ni en los medios de comunicación Termalismo advierte del potencial real del Ourense Termal siquiera en fechas tan señaladas.

Difícilmente la capital ourensana podrá ser referente alguno en el termalismo si, además de depender como depende de la meteorología, adolece de los mínimos canales de información que convierten a Ourense hasta en un engaño para el visitante.