“Houbo algunha xente que estivo connosco, e tres días antes apuntouse no outro lado”, reveló este viernes el todavía presidente del PP ourensano y de la Deputación de Ourense y padre del candidato Manuel Baltar, José Luis Baltar Pumar.
Baltar Pumar consideró este tipo de hechos “verdadeiramente graves”, y añadió que “eu o que non vexo ben son as traicións”, ya que, señaló que “eu vou coa verdade e de frente sempre” cando se refirió, además, de que en este Congreso no podría ser neutral al estar como candidato su hijo.

El todavía presidente del PP ourensano incidió en el hecho de las “traicións” como lo más grave de todo lo ocurrido el miércoles pasado, cuando la elección de compromisarios en los concellos de más de 5.000 habitantes y, sobre todo, los de la capital ourensana.
Baltar Pumar restó trascendencia a las diferencias que se pudieron de manifiesto durante el proceso, para advertir al secretario de los socialistas gallegos, Manuel Vázquez Fernández, de que “o mellor pensa que esto se vai a manter, pero os do PP somos suficentemente intelixentes para a partir do día 30 de xaneiro variar os obxectivos, que non son os de loitar dentro do PP senón unirnos en contra do PSOE e do BNG”.

El proceso dejará heridas, admitió Baltar Pumar, pero “o día 30 ten que acabar todo, hay que botar betadine, deixar cicatrizar dez ou quince días as feridiñas, pero non creo que vaia a haber problema”.
Con lo que sí reconoció el presidente saliente del PP ourensano que hubo ciertos problemas el miércoles pasado, fue con el proceso orgánico del propio partido para la elección de compromisarios, así como que “o sistema é un pouco cruel”.

Respecto al primero de los aspectos, José Luis Baltar bromeó con los “sistemas complicados” que obligan a elaborar listas de compromisarios que llamó “as sábanas esas”, en las que las candidaturas no se enuncian ni figuran los candidatos, lo que genera confusión entre la militancia popular.
En cuanto a sistema “un pouco cruel”, Baltar Pumar se refirió al hecho de que el proceso contempla de igual forma perder en un distrito por 2 u 8 votos, como le ocurrió a Baltar Blanco en San Francisco y Centro de la capital, que por muchos más, al no existir criterios de proporcionalidad en la elección de los compromisarios.