Ourense ha perdido el Grado de Comercio para su Campus con la absoluta pasividad de organismos como la Cámara de Comercio e Industria de Ourense, la CEO y la Federación Gallega de Comercio, señala Cámara Aberta. Mientras el grupo de trabajo de la Cámara ourensana recuerda los numerosos intentos que hizo en vano defendiendo la posibilidad de conseguir para el Campus ourensano el Grado de Comercio, Cámara Aberta señala que la reciente concesión de este Grado para el Campus de Vigo “marca una nueva discriminación en titulaciones del Campus ourensano, además de poner en evidencia la pasividad de las entidades llamadas a defender al sector comercial ourensano”.

Hay dos extremos que subraya Cámara Aberta que aún agravan más la situación, por cuanto significan lo mucho que se ha dejado pasar una oportunidad “irrepetible” para conseguir dicho Grado.
Por un lado, recuerda Cámara Aberta que el Grado de Comercialización y Logística concedido ahora a Lugo estaba comprometido por Domingo Docampo cuando Rector de la Universidad Sur para Ourense. Fue a finales hace 10 años, cuando a finales de 1999 ya se le había presentado una propuesta de la Cámara ourensana y de APETAMCOR para implantar enseñanzas logísticas en el Campus ourensano siguiendo los modelos europeos.
El entonces Rector había valorado positivamente la propuesta y se mostró dispuesto a tenerla en cuenta, pero la propuesta, señala Cámara Aberta, cayó en la “pasividad” de la Cámara ourensana que malogró aquella oportunidad.

Por otra parte, recuerda Cámara Aberta que lo que se acaba de producir ha ocurrido con un conselleiro de Educación e Ordenación Universitaria que proviene del Campus de Ourensae, precisamente. Lo que, entiende Cámara Aberta, “significa que se ha perdido una oportunidad irrepetible para mejorar la calidad de la oferta universitaria” del Campus de esta provincia.

Cámara Aberta reclama la atención pública sobre la “inutilidad” de la Cámara de Comercio e Industria de Ourense como foro para presentar, debatir y defender propuestas, “porque sus dirigentes han implantado un presidencialismo déspota, reduciendo primero el número de sesiones plenarias e impidiendo el debate, y luego impidiendo la formulación, incluso, de ruegos y preguntas”.
Cámara Aberta imputa gran parte de responsabilidad de lo ocurrido a los órganos anteriormente mencionados, pero especialmente a la Cámara de Comercio ourensana y, en especial, a “la pasividad de su presidente”, Ovidio Fernández Ojea.
Una actitud, dicen los de Jorge Bermello, que “choca con el peso de los efectivos humanos adscritos al sector comercial de esta provincia”.